"La asociación pide al gobierno que introduzca a partir del 27 de marzo un mecanismo permanente para limitar las importaciones de trigo, maíz, girasol (...). Escuchamos que el Ministerio de Agricultura planea analizar las reservas [de cereales], y solo después tomará la decisión. Creemos que es un enfoque irresponsable y peligroso", cita la nota el portal moldavo Noi.md.
La asociación señaló que, debido al crecimiento de las importaciones de cereales de Ucrania, en el país colapsaron los precios internos de los alimentos, lo que provocó la quiebra de muchos agricultores locales.
Los activistas recordaron que en octubre de 2023, a solicitud de la organización y con un gran retraso, el Gobierno introdujo un sistema de licencias para las importaciones de trigo, maíz y girasol. El 27 de diciembre de 2023, la Comisión de Agenciaras extendió el mecanismo de licencias por otros tres meses, pero esta semana expira.
El pasado 8 de febrero en las regiones del sur de Moldavia comenzaron unas protestas agrícolas. Desde el 10 de febrero, los agricultores de otras áreas comenzaron a unirse a esos activistas, y del 12 al 23 de febrero, los manifestantes bloquearon con tractores la aduana en Leusseni, en la frontera con Rumanía.
Los agricultores manifestaron así su indignación ante la declaración de la presidenta moldava, Maia Sandu, de que la agricultura no era una prioridad para la economía moldava. A fines de febrero, los agricultores hicieron una pausa en las protestas en respuesta a la promesa de las autoridades de ayudarlos con la entrega de préstamos.
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