Descargadas ya 200 toneladas de alimentos no perecederos frente a las costas de Gaza a través de un espigón construido para la ocasión, la acción del barco Open Arms, que junto a lo cargado en sus bodegas también remolcaba una plataforma flotante con las provisiones de World Central Kitchen (WCK), tendrá continuación con un próximo segundo envío, cifrado esta vez en 400 toneladas.
La misión Safeena, que en árabe significa barco, es una iniciativa lanzada por WCK, organización con base en Washington del cocinero estadounidense de origen español José Andrés, en colaboración con la ONG catalana Open Arms, dirigida por Óscar Camps. Se trata del primer corredor humanitario marítimo abierto con la aprobación de Israel desde 2005, toda vez que los accesos a la franja por tierra (el más llamativo, el del paso de Rafah junto a la frontera con Egipto) permanecen bloqueados.
Diversos actores y organizaciones internacionales destacan el carácter insuficiente de la misión, luego de considerar que lo primordial y lo más efectivo es que Israel permita el regular paso de camiones desde Egipto y Jordania, opciones que los militares israelíes bloquean. Como resultado, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) no puede cumplir con su tarea de distribución de alimentos y ayuda humanitaria para más de dos millones de personas. El riesgo de hambruna es inminente.
"Durante los primeros 15 días de marzo, un promedio de 165 camiones de ayuda por día cruzaron a la Franja. Esto sigue estando muy por debajo de la capacidad operativa de los cruces fronterizos de Rafah y de Karem Abu Salem (Kerem Shalem) y del objetivo de 500 por día", advierte UNRWA-España en su último informe de la situación, donde ya constata la muerte de 27 niños por desnutrición y deshidratación.
"La hambruna que puede decretarse dentro de mes y medio ha sido causada por la prohibición a la entrada en Gaza de ayuda humanitaria en cantidad suficiente", explica a Sputnik Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA-España, que subraya que de seguir utilizándose la vía marítima en detrimento de la terrestre, hará que "la hambruna en Gaza vaya a peor".
"Nada mueve a la ayuda más rápido y en mayores volúmenes para las poblaciones necesitadas que una flota de grandes camiones y el uso de todas las carreteras disponibles", señaló Jamie McGoldrick, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), durante una reunión informativa el 18 de marzo donde destacó la necesidad de utilizar el puerto de Ashdod y el puente de Allenby (en la frontera jordano-israelí), dado que por el paso de Kerem Shalom solo pueden transitar entre 250 y 300 camiones al día.
La ayuda por vía aérea también se ha revelado insuficiente. Aparte de costosa y polémica, es incluso peligrosa, pues el paracaídas de una de las cajas lanzadas el 15 de marzo por aviones de EEUU no llegó a abrirse y cayó como un misil sobre el tejado de una casa en el campamento de Al Shati, hiriendo mortalmente a cinco personas congregadas allí.
Ineficacia y hambruna
Varias voces alertan del riesgo derivado de la iniciativa conjunta de Open Arms y WCK. La recurrencia a rutas marítimas y lanzamientos aéreos puede resultar acomodaticia, toda vez que no se cuestiona la obstaculización sistemática por parte de Israel al libre acceso a la ayuda por tierra.
Así lo estima Intermon Oxfam, por ejemplo, cuya aportación a las toneladas de ayuda internacional incluye oxígeno, incubadoras y equipos de agua y saneamiento. Pero el Ejército israelí bloquea la entrada de este material a la Franja. De modo que responsabiliza al Gobierno de Israel de la situación, al entender que incumple "sus responsabilidades legales con las personas cuyo territorio ocupa" y desobedece "una de las principales medidas exigidas por la Corte Internacional de Justicia: aumentar la ayuda humanitaria ante el riesgo de genocidio en Gaza", según señala en una nota de prensa oficial.
"La orden de la Corte Internacional de Justicia debería haber llevado a los líderes israelíes a cambiar el rumbo, pero lo cierto es que las condiciones en Gaza han empeorado", afirmó Sally Abi Khalil, directora regional de Oxfam Intermon en Oriente Próximo y Norte de África. A su juicio, la falta de contundencia con el Gobierno israelí ha derivado en la adopción de "métodos menos eficaces", como la ayuda por aire y por mar, cosa que en sí constituye "una clara señal de alarma".
El problema se ve agudizado por el riesgo mortal que también comporta la recepción de la ayuda. El 13 de marzo, la UNRWA denunció la muerte de un miembro de su personal durante un ataque israelí a un almacén y a uno de los dos centros principales de distribución de alimentos en Rafah. Al día siguiente, por la noche, la Fuerza Aérea israelí disparó contra centenares de personas que aguardaban al reparto de ayuda humanitaria, matando a varios palestinos e hiriendo a más de centenar y medio.
"Se están poniendo todas las trabas a UNRWA para trabajar y se está atacando deliberadamente a la ONU, han asesinado a 165 de sus trabajadores, de los cuales 162 eran de UNRWA", denuncia Raquel Martí, que añade que en las instalaciones de la organización, "bajo bandera de la ONU", se han asesinado a "más de 400 personas allí refugiadas".
Las acciones israelíes, que han destruido total o parcialmente casi 150 instalaciones de UNRWA, también incluyen la detención arbitraria y maltrato a muchos de sus trabajadores. "Sabemos que algunas de las confesiones se las han arrancado bajo tortura", asegura Martí.
"La ayuda que entra en la Franja no es suficiente y la entrega por aire o por mar no son en ningún caso una alternativa a la entrada de ayuda humanitaria por tierra", advertía ya el 15 de marzo la UNRWA en otro informe. "Dentro de poco, la principal causa de muerte de los gazatíes no serán las operaciones militares ni los bombardeos, morirán por una combinación de mala salud y hambre", asegura el comisionado general de la organización, Philippe Lazzarini, a quien Israel niega la entrada en Gaza.
"Netanyahu ha anunciado abiertamente que hay que acabar con la UNRWA", lamenta Martí, para quien "es muy simbólico" que se prohíba la presencia en la zona de un alto funcionario de la ONU como Lazzarini.
De resultas, "la hambruna es inminente para 1,1 millones de palestinos, la mitad de Gaza, pues están experimentando una inseguridad alimentaria catastrófica". Tal es la conclusión de la última Clasificación Integrada de Fases (IPC), un instrumento que conjuga datos de las agencias de la ONU, gobiernos y ONG para analizar la seguridad alimentaria en los países de acuerdo a criterios científicos.
El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, ha acusado a Israel de ser responsable de la hambruna en ciernes, la cual está usando como "arma de guerra" y a la postre convierte a la Franja de Gaza en la "mayor tumba a cielo abierto" del mundo, declaró en Bruselas el 18 de marzo.
¿El objetivo es suplantar a la UNRWA?
Una cosa es socavar o impedir su actividad y otra muy distinta sustituirla. "Es imposible que estas dos ONGs puedan sustituir a la UNRWA", zanja R. Martí, que recalca "la experiencia de 75 años de trabajo" en Oriente Próximo. "Todo suma, pero sus 200 toneladas equivalen a 12 de nuestros camiones. Y tenemos más de 2.000 esperando autorización para entrar en Gaza por el paso de Rafah", añade.
Posteriormente, el chef José Andrés, que es también asesor de la Casa Blanca en materia de nutrición, escribió en la red social X que ocho camiones con otras 200 toneladas de provisiones de WCK, "el equivalente a casi 500.000 comidas", habían entrado a Gaza por el norte. En el mismo medio, Óscar Camps, jefe de Open Arms, admite que la ruta marítima "no es lo óptimo", si bien "puede ser utilizada por otras organizaciones y Estados" gracias a "mucho trabajo diplomático por parte de José Andrés".
Para Patricia Colón, responsable de SOS Refugees en Grecia, el objetivo es "hacer desaparecer a la URNWA a la mayor velocidad posible" y que EEUU controle "todo" lo que entre en Gaza. "Es todo muy contradictorio —declara a Sputnik—, hay miles de toneladas esperando entrar por tierra mientras se dejan pasar 200 toneladas, apenas nada, por mar. No le encontramos demasiado sentido, a no ser que se trate de blanquear a EEUU", lamenta.
El resultado, a su juicio, es una situación insostenible "para que los palestinos huyan". En este sentido, inquieta la intención de EEUU de construir un puerto flotante. "Porque lo que preocupa es que sirva para deportar a un millón de palestinos", señala Colón.
Antes, para la construcción del espigón se contó con maquinaria pesada que, como recuerda R. Martí, no estaba en la zona cuando los palestinos tenían que sacar "con sus propias manos" a las víctimas sepultadas bajo los escombros de los edificios bombardeados. Militares israelíes controlaron en todo momento la descarga de los víveres, de cuyo transporte también se ocuparon, no permitiendo que la tripulación del barco Open Arms entablara contacto físico con nadie en la zona.
Para el sociólogo y periodista Daniel Seixo, es evidente que la acción de Open Arms y WCK goza de ciertos medios e infraestructura porque funciona "tutelado por Washington" y "en contacto directo" con Israel. "En realidad, se está dando un barniz humanitario al injerencismo", explica a Sputnik. A su juicio, la situación es paradigmática:
"Porque mientras los camiones de ayuda humanitaria se encuentran paralizados en la frontera con Egipto, se establece un proyecto con financiación estadounidense bajo tutela israelí, algo reconocido por EEUU, para intentar solapar la ayuda humanitaria que ya daban las organizaciones que llevan décadas trabajando en la zona y que son las que tienen conexión con la población palestina", afirma.
Cierta espectacularización mediática parece distinguir a la misión Safeena, un marchamo que, en opinión del periodista Miquel Ramos, obedece a una "eterna campaña de marketing" del chef José Andrés, muy activo en zonas de crisis y galardonado en 2021 con el premio Princesa de Asturias a la Concordia. "Más todavía cuando defendió públicamente a Israel. Un personaje así es muy útil para quienes llevan a cabo este genocidio y quienes lo apoyan y no quieren hacerlo", escribió Ramos en la red social X.
Dadas las conexiones de J. Andrés con la Casa Blanca, su implicación en eventos de alta política (en 2022 asistió a la cumbre de la OTAN en Madrid, donde elaboró y ofreció la última cena de trabajo a los líderes asistentes) o sus discusiones en la red social X con una ministra del anterior Gobierno de España, de la que llegó a pedir su cese, a cuenta precisamente de los bombardeos israelíes, hay quien detecta un papel propagandístico "en nombre de la caridad" que sirve a los intereses de la política exterior del Partido Demócrata de los EEUU, en palabras de la politóloga y también periodista Irene Zugasti.
Daniel Seixo advierte del riesgo de que la misión Safeena acabe conformada en una "cabeza de puente" que contribuya en última instancia "a cimentar el proyecto colonial de Israel" en Gaza. La estrategia no es nueva, asegura, pues en el pasado, tras las intifadas y las diversas operaciones israelíes, "también se intentó que otras ONGs dilapidaran el tejido social y político palestino en un intento de intercambio de favores políticos por ayuda humanitaria", concluye.
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