Una serie de ataques con misiles estadounidenses y británicos durante un mes en el interior de Yemen
no ha mostrado signos de frenar a la milicia de Ansarolá (hutíes).La Marina norteamericana teme un escenario en el que los hutíes aprendan a construir drones navales no tripulados de alta velocidad para atacar barcos en el mar Rojo.
Los buques de guerra estadounidenses ya han interceptado y destruido "múltiples" drones navales lanzados por los hutíes, según el comandante, quien señaló que la inteligencia estadounidense sobre las capacidades de la milicia en esta área es "irregular", en el mejor de los casos.
En sus palabras, los hutíes "tienen formas de controlarlos, obviamente, al igual que hacen con los vehículos aéreos no tripulados, y tenemos muy poca información en cuanto a todas las reservas de lo que tienen en cuanto a vehículos aéreos no tripulados".
El Carrier Strike Group Two y su buque principal, el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower, han estado patrullando la región desde noviembre, con buques de guerra del grupo desplegados para interceptar misiles y aviones no tripulados hutíes en el mar Rojo, y el Eisenhower estuvo transportando aviones de combate lanzados para bombardear objetivos dentro de las zonas de Yemen controladas por las milicias yemeníes.
Estados Unidos y el Reino Unido llevaron a cabo
nuevos ataques contra Yemen el 17 de febrero, según los medios de comunicación locales, dirigidos contra la provincia occidental de Al-Hudaida. Los ataques se produjeron tras el anuncio de los hutíes de que habían disparado un "gran número de misiles navales" contra
un petrolero vinculado al Reino Unido, menos de 24 horas después de otro ataque contra otro buque comercial británico.
El líder hutí Mohammed Ali Houthi advirtió, días antes en un mitin multitudinario en Saná, que el mar Rojo
"ya no era un balneario en el que los estadounidenses pudieran pasearse y divertirse", y afirmó que la resistencia de la milicia rebelde continuaría y que los yemeníes se mantendrían "firmes con Gaza hasta la victoria".