El Gobierno de Milei precipitaría la crisis de Aerolíneas Argentinas
03:05 GMT, 27 de enero 2024
Incluida entre las empresas públicas a privatizar, la aerolínea estatal decidió eliminar sus vuelos a Cuba por "deficitarios" y reestructurar su administración, al tiempo que crece el temor a los despidos. Sputnik entrevistó a una especialista sobre los riesgos de "dejar en manos de intereses y empresas extranjeras" la conectividad de Argentina.
Lea en SputnikLa aerolínea de bandera argentina es una de las empresas estatales que el Gobierno de Javier Milei propone entregar al sector privado.
El primer paso en este sentido fue
el decreto de necesidad y urgencia (DNU) presentado por el ejecutivo, con el propósito de
desregular la economía nacional, que derogó la norma que imposibilitaba la
privatización de las compañías públicas.
Asimismo, la llamada "
ley ómnibus" enviada por Milei al Congreso avanza aún más en ese propósito y, entre más de 600 artículos, declaró "sujeta a privatización" a una serie de empresas y sociedades estatales, entre las que se incluye Aerolíneas Argentinas (AA).
La compañía es considerada desde el ejecutivo como "deficitaria", con altos costos operativos. En ese contexto, siguiendo la política de ajuste fiscal y reducción del déficit planteado por el Gobierno de Milei, a comienzos de enero la compañía sufrió una reestructuración que llevó a que sus 14 gerencias se redujeran a ocho, aunque se informó que esto no causó despidos. No obstante, existen temores de cesantía entre los trabajadores.
Asimismo, el 25 de enero se supo que la aerolínea
cancelará su frecuencia semanal de vuelos a Cuba a partir del 7 de marzo. La razón esgrimida, tras un "análisis comercial", es que la ruta hacia la isla antillana no es redituable, ya que en 2023 habría generado pérdidas por 500.000 dólares. La empresa argumenta que la decisión
permitirá "eficientizar" el trabajo y la carga horaria de la tripulación de cabina, así como otros servicios.
La pérdida de puestos de trabajos, la eliminación de rutas de vuelo y el temor al "desguace" de la línea aérea estatal son temores que retrotraen a los argentinos a la década de 1990, cuando Aerolíneas Aargentinas fue privatizada durante el Gobierno de corte neoliberal de Carlos Menem (1989-1999).
De acuerdo a su último
balance, en 2023 la empresa
no requirió de fondos del Tesoro nacional para su funcionamiento y las partidas presupuestarias destinadas para ello no fueron ejecutadas. Señala, asimismo, que se viene reduciendo el déficit de forma continua desde 2020 y las ganancias para 2023 fueron estimadas en
32 millones de dólares.
Dadas estas cifras, ¿por qué el déficit es esgrimido como una razón para permitir la privatización de la línea aérea?
"Justificaciones para la privatización siempre hay y basta con mirar la década del 90 y ver las razones por las cuales el menemismo le regaló primero a Iberia y después a American Airlines lo que en ese momento era todo el patrimonio de Aerolíneas Argentinas", indicó en diálogo con Sputnik la exdirigente sindical y activista aeronáutica Dina Feller.
La empresa aeroportuaria fue vendida en 1990, sin deudas, a la estatal española Iberia, que
había ofertado 260 millones de dólares en efectivo —la mitad al contado, el resto financiado a 10 años— y 1.610 millones de dólares en títulos de deuda externa.
En 1992, Aerolíneas Argentinas tenía una deuda de 840 millones de dólares, que incluía los pagos que los compradores debían al Gobierno nacional por la transacción.
La empresa fue prácticamente desmantelada, se vendió la flota, así como oficinas de la aerolínea dentro y fuera del país, entre otras propiedades, e incluso perdió rutas de vuelo. Asimismo, Buenos Aires perdió la potestad de fiscalizar y controlar las políticas y rutas de navegación aérea de la firma.
Hacia mediados de la última década del siglo XX, American Airlines adquirió parte de las acciones, pero se retiró poco después,
dejando una deuda de
876 millones de dólares.
La empresa estaba en quiebra. En 2001 un grupo inversor español se quedó con la mayoría de las acciones. Luego de años de vaciamiento y pérdida en la calidad de los servicios, fue reestatizada en 2008, durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
"Esto fue una tragedia porque todas las empresas extranjeras que vinieron se llevaron partes de Aerolíneas. Fue una canibalización, una jibarización, porque saquearon los activos de la empresa y después socializaron las deudas con los despojos que dejaron, entre ellos el personal", rememoró Feller.
De acuerdo con la entrevistada, "Milei hoy trabaja desde su rol de presidente para exactamente las mismas corporaciones e intereses que en los 90 hicieron estos negocios".
"Por eso vemos que el ciclo de Aerolíneas y otras empresas públicas podría repetirse con argumentos similares, si bien hay matices ideológicos", acusó Feller.
Impacto en la conectividad aérea
Para Feller, una privatización de la línea aérea de bandera impactará directamente en la conectividad del país austral, por dejarla "en manos de intereses y empresas extranjeras" que definirán cuáles son los destinos "rentables".
Es lo que "llamamos la extranjerización de la aviación, que las decisiones de qué, cómo y por cuánto se vuela en la Argentina se van a tomar afuera", explica.
Este fenómeno, aduce Feller, no es nuevo, sino que se inició con la firma de un acuerdo de cielos abiertos, en junio de 2019, entre el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) y Estados Unidos.
"La justificación de ese momento fue que iba a haber reciprocidad y que las empresas argentinas iban a poder volar en EEUU y las empresas norteamericanas iban a poder volar en la Argentina. Pero lo que sabemos es que, si bien ese es el texto, esa reciprocidad es absolutamente desequilibrada, es ficticia", aseguró la especialista.
Milei por su parte
dijo que promovería en ese mismo sentido una
política de "cielos abiertos" para incrementar la
competencia en la oferta de vuelos.
"Acá vuelve a aparecer, por supuesto, la cuestión comercial, pero también la cuestión de quién decide, después de una privatización de AA, dónde, por cuánto y con qué frecuencia se vuela en la Argentina. Y vamos a perder la capacidad de tomar esas decisiones", vaticinó Feller.
¿Una empresa de los trabajadores?
Uno de los cambios que propuso el DNU de Milei fue la posibilidad de que Aerolíneas Argentinas pasara a ser controlada por sus propios trabajadores.
"Autorízase la cesión, parcial o total, del paquete accionario de Aerolíneas Argentinas S.A. y Austral Líneas Aéreas - Cielos del Sur S.A. y de sus empresas controladas, a los empleados de las respectivas empresas", indica uno de los artículos del paquete del mandatario sudamericano.
Esta propuesta ya había sido manejada por el ejecutivo en otras oportunidades. Poco después de ganar el balotaje de noviembre de 2023, se refirió al tema una vez más.
"No puede ser que se genere un déficit que es pagado por los argentinos que no toman aviones. Porque en el fondo, ¿quién paga el subsidio? Lo paga el que no lo toma. Entonces nosotros lo que decimos es trasladárselo a los empleados, que los empleados sean los dueños",
dijo Milei en una entrevista con el medio local
TN.
Feller consideró que lo que propone es una "bravuconada, tratando de, una vez más, estigmatizar a quienes laburan en Aerolíneas, diciendo 'a ver si son tan capaces de sostenerla'".
"El negocio del transporte aéreo, la línea aérea, no admite ese tipo de control y de administración [a cargo de los trabajadores] por las complejidades que tiene —por las bases, por el conocimiento técnico, por el carácter internacional— administrar la compañía y el mercado", explicó la activista aeronáutica.
"Cualquiera que sepa cómo funciona el transporte aéreo en el mundo sabe que no hay ninguna posibilidad de que una línea aerea segura, confiable, regular, como es AA, del tamaño de AA, pueda ser administrada como si fuera una fábrica recuperada, una cooperativa de la economía popular", ahondó.
Conexiones a La Habana
Para la entrevistada también operan cuestiones ideológicas de fondo en el cese de los vuelos semanales a La Habana, anunciado por la aerolínea de bandera argentina para marzo, no tanto las razones económicas.
"A diferencia de la intención de privatizar, que tiene motores económicos, la determinación de dejar de volar a Cuba hay que analizarla geopolíticamente (....) La posición detrás es profundamente ideológica, geopolítica, estratégica en términos de los bloques regionales, tampoco es una decisión aislada", consideró Feller.
En este sentido, la postura de
Milei se ha mostrado claramente alineada con la política exterior de Washington. Además, el mandatario argentino
declaró en campaña que "no promovería la relación con comunistas, ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China".
"Que Aerolíneas deje de ir a La Habana para que las tripulaciones sean más eficientes en la jornada de trabajo la verdad es que parece un chiste de mal gusto", sentenció Feller.
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