Este 22 de enero, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov,
afirmó ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que
Occidente presiona a Ucrania con "maniática persistencia" para que continúe el enfrentamiento armado con Rusia.
"Existe el mito de creer que, si Ucrania cae en manos de Rusia, pues habría un [supuesto] plan maléfico de Rusia para apoderarse Europa o, por lo menos, Europa Oriental. Esa ha sido la narrativa que se ha manejado en Occidente y la razón [que ellos usan] para seguir apostando por armar a Kiev", observa Humberto Morales, académico y experto en historia rusa de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
"Ucrania es un laboratorio de pruebas para ver qué tanto Rusia es capaz de responder y defenderse y, en función de eso, ir avanzando", agrega.
El experto sostiene que en Washington y en la Unión Europea (UE)
"no hay voluntad de paz" ni interés de negociar. Al contrario. Según él, desean atizar el conflicto con el objetivo de desgastar económicamente a Moscú, a pesar de que
la economía rusa ha mostrado un fortalecimiento inesperado a pesar de las sanciones occidentales en su contra.
Además, dice que es probable que se intente rearmar con nuevos arsenales a
los Ejércitos de Occidente, sobre todo al de Estados Unidos, "con la idea de probar armas de mayor capacidad de disuasión", ya que Washington, afirma, tiene varios frentes geopolíticos abiertos en el mundo, como Oriente Medio y Asia-Pacífico con Corea del Norte y China.
La Casa Blanca y Bruselas están tratando de evitar a toda costa que las tropas ucranianas caigan frente a las fuerzas rusas porque, si ellas pierden, todo Occidente se enfrentaría al inicio de una posible pérdida de influencia y hegemonía en todo el mundo, resume Daniel Muñoz, maestro en Estudios Políticos Europeos por la Universidad de Salamanca.
"Si cae Ucrania, obviamente cae con ellos la estrategia de Europa y Estados Unidos de disminuir el poderío ruso en su zona de influencia", dice el analista.
Asimismo, señala otro aspecto clave del tablero global: la producción de armas es la segunda industria de exportación más grande de Estados Unidos, solo después de la de Hollywood.
"Aquí existe por parte de Estados Unidos, principalmente, y también por parte de otros países europeos, una serie de intereses avalados por estos lobbies económicos que tratan, de alguna manera, de evitar que se llegue a una resolución pacífica del conflicto", explica.
Según él, la crisis ucraniana es un conflicto que, en términos económicos, ha provocado severos desequilibrios y "grandes damnificados humanamente hablando". A la par, dice, también ha propiciado que
las grandes corporaciones bélicas se llenen los bolsillos, "sobre todo las occidentales".
En ese sentido, afirma que
las grandes empresas de renta de mercenarios también juegan un papel importante y lucran con el conflicto. Morales, en tanto, considera que todo es parte de una estrategia lógica de guerra que quien comanda el conflicto en Occidente: Washington.
En su intervención ante el máximo órgano de decisión de la ONU, Lavrov también señaló que la propuesta de paz del Gobierno ucraniano "va camino a ninguna parte".
Morales subraya que la propuesta de Kiev no ha cambiado desde el inicio de la operación militar especial rusa, pues lo que quiere es que Moscú retroceda y "devuelva Crimea", a pesar de que ese territorio se incorporó a la Federación de Rusia en 2014 por la vía democrática y legítima.
Sin embargo, dice, en Occidente prevalece una narrativa a modo para que Ucrania siga buscando prolongar el conflicto, que se basa en la falsa afirmación de que Rusia desea apoderarse de toda Ucrania y hasta de parte de Europa.
"Revivir la retórica de la Guerra Fría, de una especie de nueva Guerra Fría, me parece que está impidiendo una negociación a corto plazo", concluye.