"Con 300.000 millones de reales (más de 60.000 millones de dólares) en el plan de acciones hasta 2026, el Gobierno lanzó este lunes la "Nueva Industria Brasil", informó el Ejecutivo en un comunicado, tras la presentación realizada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el ministro de Industria y vicepresidente, Geraldo Alckmin, y otras autoridades.
Según el Gobierno, está prevista la articulación de varios instrumentos del Estado "para revertir la desindustrialización precoz del país", como líneas de crédito especiales, recursos no reembolsables, acciones reguladoras y de propiedad intelectual y una política de obras y compras públicas, con incentivos al contenido local.
"Es muy importante para Brasil que volvamos a tener una política industrial innovadora, totalmente digitalizada, como el mundo exige hoy, y que podamos superar, de una vez por todas, ese problema de que Brasil nunca es un país definitivamente, grande y desarrollado", afirmó Lula en la presentación del plan.
El vicepresidente y ministro de Industria, Geraldo Alckmin, por su parte, destacó que la nueva política industrial pondrá al país en la vanguardia de la transformación ecológica porque pone la innovación y la sostenibilidad en el centro del desarrollo económico.
Entre las metas del plan están mecanizar el 70% de los establecimientos de agricultura familiar (hoy son el 18%), aumentar la producción en Brasil de las necesidades nacionales de medicamentos, vacunas y equipos médicos (pasando del 42% actual al 70%) o invertir en transporte y movilidad para que se reduzca un 20% el tiempo que las personas dedican a desplazarse de casa al trabajo.
En los objetivos en la bioeconomía, descarbonización y transición energética se prevé ampliar en un 50% la participación de los biocombustibles en la matriz energética de transportes (actualmente los combustibles verdes son el 21,4%) y reducir en un 30% la emisión de carbono de la industria brasileña, que ahora es de 107 millones de toneladas de CO₂ por cada trillón de dólares producido.
En el área de defensa se pretende alcanzar la autonomía en la producción del 50% de las tecnologías críticas, de manera que se fortalezca la soberanía nacional.
El plan también prevé dar prioridad al desarrollo de la energía nuclear; sistemas de comunicación y sensores; así como sistemas de propulsión y vehículos autónomos y remotamente controlados.
El programa también establece un refuerzo de las compras públicas que prevé que el Estado de preferencia, en compras o contratos, los productos hechos en Brasil, para aumentar el empleo y la renta y fortalecer la innovación y la industria brasileña.
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