Según la edición más reciente del informe Perspectivas Económicas Mundiales del Banco Mundial, la inestabilidad geopolítica en esta región del mundo aumenta los riesgos de un alza en los precios de los energéticos y una posterior inflación.
Además, advierte otros riesgos relacionados con cuestiones financieras, bajo crecimiento económico, dificultades en el comercio e incluso catástrofes derivadas del cambio climático.
"Otros riesgos son las tensiones financieras relacionadas con los elevados tipos de interés reales, la persistencia de la inflación, un crecimiento más débil de lo previsto en China, una mayor fragmentación del comercio, y las catástrofes relacionadas con el cambio climático", destaca el Banco Mundial.
En general, las perspectivas del BM son
negativas para la economía mundial y prevé que podrían empeorar si continúan las tensiones geopolíticas como las presentes en
la Franja de Gaza y en Europa.
Para el 2024, el Banco Mundial pronostica que la
economía mundial esté próxima a batir un récord:
los cinco años con el menor crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de las últimas tres décadas.
"Se prevé que el crecimiento mundial se desacelerará por tercer año consecutivo, y pasará del 2,6% registrado el año pasado al 2,4% en 2024, esto es, casi tres cuartos de punto porcentual por debajo del promedio de la década de 2010", se lee en el documento.
De hecho, el organismo financiero global ya habla de una década perdida, pues se esperaba que estos 10 años fueran un periodo de transformadora para el desarrollo, pero en la realidad están muy distantes de serlo.
Para corregir el rumbo, el BM ofrece un camino claro a seguir: que los Gobiernos actúan ahora para acelerar la inversión y fortalecer los marcos de política fiscal. La organización asegura que los países en desarrollo deberán aumentar considerablemente la inversión en unos USD 2,4 billones al año para abordar el cambio climático y alcanzar otros objetivos clave de desarrollo mundial para 2030.
"Los auges de inversión tienen el potencial de transformar las economías en desarrollo y ayudarlas a acelerar la transición energética y alcanzar una amplia variedad de objetivos de desarrollo", señaló Ayhan Kose, economista en jefe adjunto y director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.