La imagen tomada por el satélite hidrometeorológico ruso Meteor-M y hecha pública en la página web de Roscosmos muestra al A23a desplazándose hacia aguas abiertas del océano Antártico, abandonando el mar de Weddell.
Según datos de la compañía rusa, el iceberg recorrerá 150 kilómetros en un mes.
Anteriormente, científicos del Instituto de Investigación del Ártico y del Antártico de Rusia informaron que el A23a había entrado en las aguas claras del océano Antártico. En el próximo mes alcanzará el mar del Scotia, donde pronto podría dejar de existir bajo la influencia del viento, las olas y las aguas cálidas oceánicas.
La historia de uno de los icebergs más gigantescos se remonta a septiembre de 1986, cuando se desprendió del borde exterior de la plataforma de hielo Filchner-Ronne. Durante más de 30 años, el iceberg quedó varado en el centro del mar de Weddell, pero en la primavera boreal de 2023 empezó a derivar activamente hacia el borde del hielo.