El movimiento islamista radical y Tel Aviv acordaron una pausa humanitaria y un acuerdo de intercambio de rehenes, entre ellos decenas de menores y mujeres. La negociación fue exitosa gracias a
la mediación entre bastidores liderada por Catar. Se espera que el cese de las hostilidades comience el 23 de noviembre por la mañana (hora de Israel) y los funcionarios cataríes dijeron que la tregua de cuatro días podría extenderse.
El acuerdo permitirá la entrega de cientos de camiones con ayuda humanitaria y médica y combustible a la
sitiada Franja de Gaza y debería suponer la suspensión total de los vuelos militares israelíes sobre sus zonas del sur y restricciones a los vuelos sobre el norte.
Por su parte, Washington acogió con agrado el acuerdo y
dijo en un comunicado que estaba "extraordinariamente satisfecho" por el hecho de que los ciudadanos israelíes mantenidos cautivos por Hamás serán liberados, y que "aprecia" el "compromiso" del Gobierno de Netanyahu.
En tanto, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, emitió su propia declaración,
alardeando de que el alto el fuego fue posible
"gracias al papel del presidente Biden y otros líderes"."Gran parte del trabajo no lo hicieron Estados Unidos ni Joe Biden personalmente, sino Catar", dijo a Sputnik el doctor Mehran Kamrava, profesor de gobierno en el campus de Catar de la Universidad de Georgetown.
Las negociaciones fueron realizadas por el primer ministro del reino, su ministro de Asuntos Exteriores y "el personal sobre el terreno", en ese orden, enfatizó el académico, añadiendo que fue Doha el responsable de "gran parte de las difíciles negociaciones", no Estados Unidos.
El académico cree que Estados Unidos solo se unió a las conversaciones de alto el fuego porque los costos para Biden se estaban volviendo
"extremadamente costosos políticamente". "Debemos ser conscientes de que todo lo que hace la Administración Biden, incluso exagerar su trabajo y sus esfuerzos para liberar a los rehenes civiles, tiene como objetivo las elecciones. Las elecciones estadounidenses se avecinan, Estados Unidos está en temporada electoral y a Joe Biden le va muy mal en las encuestas", explicó el profesor.
"Es demasiado pronto para decir cómo se interpretan estas señales en Oriente Medio. Ciertamente, la persona promedio de esta región, ve a Estados Unidos como totalmente cómplice del genocidio de palestinos por parte de Israel. Y estas declaraciones tímidas y tibias que salen de la Casa Blanca poco ayudan a cambiar esa impresión", agregó el analista.
Dentro de la región, "si algún crédito va a alguna parte, ahora será para actores como Catar y también para Hizbulá y el llamado Frente de Resistencia", resumió Kamrava, refiriéndose a los actores regionales no estatales en todo Oriente Medio, desde Líbano, Irak y Siria hasta Yemen, que han presionado a Israel y a sus aliados estadounidenses para que pongan fin a la crisis de Gaza.