Desde el 20 de octubre al 5 de noviembre, alrededor de 7.000 atletas de todo el continente compiten en los Juegos Panamericanos 2023 que se desarrollan en el país sudamericano y que sirve como clasificatorio para los Juegos Olímpicos de París 2024.
En jornadas que han sido memorables, con estadios repletos y definiciones de último minuto, un inesperado protagonista se ha robado el corazón de los chilenos: la mascota oficial de los Juegos.
Fiu representa al ave conocida popularmente como sietecolores. Es una enigmática especie que habita humedales y totorales a lo largo del país. En diálogo con Sputnik, el biólogo Jorge Abarca explicó que el nombre científico de esta ave es Tachuris rubrigastra.
"El nombre del género Tachuris proviene del guaraní tachuri o tarichú, que significa comedor de larvas. El nombre rubri significa rojo y gastra, abdomen o estómago. Por lo tanto su nombre significa: un comedor de larvas de abdomen rojo", agregó el también académico de la Universidad de Tarapacá.
Por su parte, el académico e investigador del Instituto de Biología Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Sebastián González, explicó a Sputnik que el sietecolores es una pequeña ave que mide entre 10 a 11 centímetros y que pertenece a los paseriformes, que son las aves cantoras.
Es una especie nativa del continente sudamericano y se la encuentra no solo en Chile, sino también en Argentina, Brasil y Uruguay. González comentó que esta ave vive principalmente en humedales y su distribución, en Chile, va desde Atacama hasta Aysén, atravesando gran parte del territorio nacional de norte a sur.
Abarca explicó que el nombre de Fiu es un derivado de la vocalización de esta ave cantora que pertenece específicamente a la familia Tyrannidae, "en la que hay varios pajaritos pequeños muy conocidos, como los colegiales, meros y cachuditos".
"Es muy frecuente observarla en pajonales o totorales, donde nidifica. Es una ave muy inquieta y energética. Es tan curioso que aparece ante los visitantes de los humedales con la misma rapidez que desaparece", señaló el experto.
Toda una celebridad
"Ser pequeño no es dificultad para dar mi mayor esfuerzo al igual que los deportistas, todos los días son un gran desafío. Mis colores significan: fuerza, constancia, respeto, determinación, honestidad, compañerismo y pasión", decía la descripción de Fiu en el 2021, cuando compitió con otras cuatro candidatas para ser la mascota oficial de Santiago 2023.
Fue por el voto de más de 46.000 personas que el célebre sietecolores fue escogido como la imagen del evento deportivo.
González explicó que Fiu se ha convertido en una de las grandes revelaciones de los Juegos Panamericanos porque el ave resalta por "su belleza, sus siete colores hacen que sea bastante llamativo y de hecho muchas personas, muchos ornitólogos del mundo pagan por venir a observarla a Sudamérica".
"Las aves para los humanos son muy carismáticas. A todos nos gustan los pajaritos, salir a la plaza y escucharlos cantar. La representación de Fiu es buena, es una caricatura que es bastante linda y que representa muy bien cómo es esta ave. Esto ha ayudado un montón a que sea muy popular", agregó el académico.
Ha sido tanta la popularidad de la mascota oficial de los Juegos Panamericanos, que los productos oficiales de Fiu se han agotado en los recintos deportivos y grandes tiendas de comercio. Los datos señalan que se venden más de 3.000 muñecos por día.
"El furor de Fiu ha sobrepasado lo que nosotros esperábamos. Trabajamos incansablemente en cada uno de sus detalles, desde las terminaciones hasta las modificaciones, para lograr el resultado que hoy es el peluche más querido por los niños de Chile", aseguró a los medios chilenos Francisco Juárez, gerente general de Tufans, empresa que comercializa los productos.
La principal amenaza para el sietecolores
Aprovechando la popularidad de Fiu, organizaciones medioambientales e investigadores han hecho un llamado para proteger los humedales. Abarca explicó que son uno de los ecosistemas "más amenazados en el mundo".
"La principal razón que está haciendo disminuir la biodiversidad en general es la pérdida de hábitat. Y en especial este tipo de aves, y todos aquellos que ocupan los humedales, son los que más han sido afectados porque en los últimos 100 años, más del 50% de los humedales del mundo han sido destruidos u ocupados por otros fines", afirmó el académico de la Universidad de Tarapacá.
Abarca explicó que, además de afectar directamente a las especies que habitan los humedales, "prácticamente estamos atentando contra nosotros mismos", ya que son "uno de los ecosistemas que más absorben gases de efecto invernadero".
Los sietecolores y otras tantas especies "no tienen muchas posibilidades de sobrevivir si estos humedales son destruidos", concluyó.
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