"Como parte de nuestros esfuerzos para disuadir un conflicto más amplio, y reforzar aún más las capacidades de protección de Estados Unidos, puedo confirmar que, desde nuestro anuncio inicial al respecto, aproximadamente 900 soldados se han desplegado posteriormente o están en ese proceso en la zona de responsabilidad del Mando Central de [Washington]", apuntó Ryder durante una conferencia de prensa.
El funcionario estadounidense aclaró que no daría detalles sobre el destino exacto de esas tropas, pero aseguró que no se dirigían a Israel.
El despliegue de elementos de las Fuerzas Armadas estadounidenses se da después de que, tras el 7 de octubre pasado, fecha en que ocurrió la violenta escalada del conflicto palestino-israelí, varias de sus bases en países como Irak y Siria fueran atacadas.
Por ejemplo, el 19 de octubre, las bases aéreas Al Asad y Al-Harir, en Irak, y Al-Tanf, en Siria, fueron atacadas con drones. El saldo final fue de un civil fallecido por un ataque al corazón y otros con heridas menores, precisó en esa fecha el secretario de Prensa del Pentágono.
Horas más tarde, una base estadounidense ubicada en la región iraquí del Kurdistán también fue atacada.
El último evento de esta índole ocurrió el pasado 25 de octubre, cuando la base estadounidense de Kharab al Jir, en el noreste de Siria, fue dañada por la Resistencia Islámica de Irak, que incluye milicias chiitas.
La víspera, el portavoz del Pentágono, Patrick Ryder, comunicó que las tropas de Estados Unidos han sido atacadas al menos 10 veces en Irak y tres en Siria durante la última semana con misiles y drones.
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