Según la agencia, Mahmud Abás, que llegó a la capital de Jordania, Amán, para reunirse con el rey Abdalá II, pidió "el cese de la agresión israelí contra el pueblo palestino, el envío de ayuda humanitaria y médica a la Franja de Gaza, el suministro de agua y electricidad al enclave y la apertura de corredores humanitarios".
Además, el líder palestino "subrayó la necesidad de pasar a la acción política para poner fin a la ocupación israelí y lograr la paz". Abás exhortó a la liberación de civiles y prisioneros, así como calificó de inaceptable el asesinato de civiles de ambos bandos.
En la mañana del 7 de octubre, el movimiento palestino Hamás lanzó un ataque sin precedentes contra Israel desde la Franja de Gaza. El Ejército israelí informó de miles de cohetes disparados desde el enclave y la infiltración de decenas de palestinos armados en las zonas fronterizas del sur de Israel.
En respuesta al ataque sorpresa de Hamás, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron la Operación Espadas de Hierro. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su primera declaración pública sobre el ataque palestino, declaró que el país "está en guerra". En las primeras cuatro oleadas de ataques aéreos, Israel lanzó unas 2.000 municiones y más de 1.000 toneladas de bombas sobre Gaza.