"Al expulsar a la Iglesia canónica de su morada, el régimen de Kiev cumple la orden anglosajona de destruir la cultura ortodoxa", declaró María Zajárova.
Agregó que no es casualidad que las élites occidentales eviten "cínicamente condenar las acciones de sus subordinados". La comunidad internacional y las organizaciones pertinentes también guardan un "vergonzoso silencio", concluyó la vocera.
El 15 de agosto, los agentes de policía acordonaron tres edificios del Monasterio de las Cuevas de Kiev donde viven los peregrinos y parte de los hermanos, el asalto de los locales comenzó, aseguró la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica.
El 10 de agosto, el tribunal de Kiev satisfizo la demanda de la reserva al Monasterio de las Cuevas de Kiev sobre la eliminación de obstáculos en el uso de la propiedad. El abogado del Monasterio, Nikita Chekman, calificó la decisión del tribunal de satisfacer la demanda de la reserva como "una de las más vergonzosas de la historia de Ucrania".
En el último año, desde Kiev han organizado la mayor oleada de persecución contra la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica en la historia moderna del país. Alegando sus vínculos con Rusia, las autoridades locales de varias regiones de Ucrania han tomado decisiones para prohibir las actividades de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica, y se ha presentado un proyecto de ley en el Parlamento del país para prohibirla de hecho en toda Ucrania.
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