Las elecciones primarias en Argentina y el buen resultado obtenido por el sorprendente candidato libertario Javier Milei tuvieron su correlato en la economía en las horas posteriores. No solo porque el Gobierno concretó una devaluación de la moneda de un 22% y aumentó la tasa de interés, sino también porque los bonos argentinos en dólares se desplomaron en Wall Street.
Los coletazos económicos, que se sucedieron al mismo tiempo que Milei recorría los principales medios de comunicación del país, enfocaron parte del debate en qué tanta afinidad existe entre los mercados y el candidato de La Libertad Avanza, promotor de la dolarización de la economía argentina, la retracción del Estado e incluso la desaparición de la obra pública.
En diálogo con Sputnik, el economista argentino Martín Kalos consideró que algunos de los efectos económicos de las elecciones evidencian que el ascenso de Milei no es del todo bien recibido por un sector del empresariado argentino.
"Muchas medidas de las que propone Milei son contrarias a lo que querría que ocurra gran parte del establishment, es decir, empresarios argentinos e inversores internacionales", señaló el economista.
Según Kalos, algunas de las propuestas del candidato libertario como "quemar el Banco Central" o apuntar a una dolarización de la economía podrían hacer "empeorar el clima de negocios en Argentina" para algunos empresarios. Por eso, consideró que algunos inversores extranjeros comienzan a buscar "una cobertura necesaria" ante posibles turbulencias en la economía argentina, impactando así en el precio de los bonos argentinos, cuyo precio cayó un promedio de 7% en la jornada posterior a los comicios.
En efecto, mientras la mayoría de los inversores auguraba un triunfo de la coalición opositora Juntos por el Cambio, el buen desempeño de Milei dejó al panorama electoral argentino dividido en tercios, algo que "genera mucha incertidumbre", apuntó Kalos. Y si bien defiende a ultranza la participación privada en la economía, las ideas de Milei "no convencen a estos inversores extranjeros y grupos de inversión", evaluó el analista.
Kalos remarcó que el resultado electoral "obligó a muchos a cambiar su perspectiva" sobre lo que ocurriría en los próximos meses en Argentina, cuyas elecciones generales están agendadas para el 22 de octubre. En caso de haber segunda vuelta, la cita será el 19 de noviembre.
Devaluar, un desafío para el próximo Gobierno
El analista consideró que la devaluación decretada el lunes 14 de agosto por el Gobierno argentino no obedeció al efecto Milei, sino que era algo "preacordado con el Fondo Monetario Internacional". En ese sentido, señaló que si bien el Gobierno no oficializó los motivos de la medida, el FMI "lo debe haber puesto como condición para habilitar el desembolso que corresponde a las últimas revisiones, algo que Argentina necesita con desesperación para apuntalar las reservas internacionales".
De todas maneras, Kalos advirtió que la devaluación posterior a las primarias "no soluciona nada" en la economía argentina porque "la aceleración inflacionaria va a comerse esa devaluación real". En efecto, el dato de inflación de julio —el primero conocido tras los comicios— fue de 6,3% y volvió a marcar una aceleración en el aumento de precios luego de dos meses de desaceleración.
"Las soluciones de fondo las va a tener que tomar el próximo Gobierno, que seguramente incluya devaluaciones pero que van a tener que ser parte de un plan de estabilización", explicó el experto.
Una devaluación que no se enmarca dentro de un plan, como la dispuesta el 14 de agosto, solo "deja mayor inflación, salarios e ingresos familiares deteriorados y más fragilidad de la economía".
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