"No nos ponga a prueba", dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al líder de la milicia chiita libanesa, Hasan Nasrala, en un comunicado oficial después de ser informado de la situación de riesgo en la frontera norte por altos mandos de seguridad.
Netanyahu y un pequeño grupo de ministros también fueron informados sobre un intento de contrabando de armas a través de la frontera jordana que, según los funcionarios, tenía como destino suplir a terroristas en Cisjordania. El comunicado del Ejército sobre el asunto detalla que se están llevando a cabo varios intentos de incitar al terrorismo en la zona con fondos transferidos por los movimientos islamistas Hamás y Yihad Islámica, a través de bancos locales.
Los analistas señalan que, a pesar de las crecientes tensiones, los funcionarios de inteligencia militar israelíes todavía creen que Nasrala está interesado en iniciar una guerra pero que, por primera vez en 17 años, está dispuesto a poner a prueba la paciencia de Israel y, si fuera necesario, participar en una serie de combates de varios días de duración que podría acabar fácilmente, saliéndose de control.
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