Las autoridades del país europeo podrían intervenir en situaciones especiales en las que, por ejemplo, se insulte a otras naciones e incluso se ponga en riesgo la seguridad interior.
Al mismo tiempo, las posibles restricciones no deben invalidar la disposición de que "la libertad de expresión en Dinamarca tiene un alcance muy amplio", dijo el Gobierno en un comunicado.
Según la declaración, el acto de quemar el Corán es un acto profundamente ofensivo e imprudente.
"Estos pocos individuos [que han cometido quemas contra el libro sagrado del islam] no representan los valores sobre los que se asienta la sociedad danesa. Estas acciones hacen el juego a los extremistas. Siembran la división en un momento en que debemos permanecer unidos y benefician a los países que quieren abrir una brecha entre Occidente y el Sur Global", señaló el Gobierno danés.
El pasado 26 de julio, miembros del grupo extremista Patriotas Daneses quemaron un ejemplar del Corán frente a la embajada de Irak en Copenhague. El acto fue incluso transmitido en redes sociales. Sin embargo, no es la única ocasión que un colectivo de ese país ofende a las escrituras musulmanas. En enero, el ultraderechista danés Rasmus Paludan, líder del partido antiislam y antimigrantes Línea Dura, quemó otro ejemplar del Corán.
Esta serie de ofensas, que también se han repetido en Suecia, han provocado que se reúna de emergencia la Organización de Cooperación Islámica (OCI).
El 28 de junio, la Policía sueca permitió la quema del Corán en la mezquita principal de Estocolmo en el primer día de la fiesta de Eid al Adha, es decir, la Fiesta del Sacrificio, una de las festividades más importantes del mundo musulmán.
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