Moscú asegura que este atentado —que dejó dos muertos y dos niños heridos— tiene un carácter terrorista y culpó a Ucrania de haberlo llevado a cabo con la complicidad de Washington y Londres.
Y aunque la situación ya se encuentra bajo control y el tránsito se ha reanudado en un carril del puente, el ataque exhibe que podría haber
un cambio de rumbo de parte del Gobierno de Volodímir Zelenski ante
un debilitamiento de sus tropas en el conflicto, aseguró la académica del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, Sandra Kanety, en una entrevista con Sputnik.
"El balón está en la cancha de Rusia, que es el país agredido en términos prácticos (...) Considero y me inclino a que [el ataque] es un viraje de Kiev que viene, precisamente, de que no ha funcionado lo que ha implementado durante tantos meses para hacer que se replieguen las tropas rusas", puntualiza Kanety.
No es la primera vez que ocurre un ataque en el puente de Kerch, que fue inaugurado en 2018, pues el 8 de octubre de 2022 se registró una explosión que dañó parcialmente esta vía terrestre y dejó al menos tres personas muertas. Tras este evento, la circulación estuvo afectada durante meses y el puente se reabrió en su totalidad hasta mediados de enero de este año.
Derivado de este ataque, que fue calificado en su momento por Rusia como un
acto terrorista, se incrementaron las tensiones entre Kiev y Moscú, ya que los servicios especiales ucranianos fueron señalados como los perpetradores del evento.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, destacó que si bien el atentado de este 17 de julio fue perpetrado por Kiev, los artífices detrás de este hecho también son
los servicios especiales de Estados Unidos y el Reino Unido, ya que estos países
"ejercen el liderazgo de una estructura terrorista patrocinada por el Estado".Al respecto, la experta de la UNAM considera que esto abre la puerta a un juego de poder a varios niveles, entre ellos, el discursivo, ya que Washington se autoproclama como el principal combatiente del terrorismo a nivel mundial, pero solo cuando le conviene, dice.
"Recordemos que los conflictos armados se valen de estrategias discursivas y gran parte del mensaje en el asunto de Rusia y Ucrania tiene mucho que ver con acusar a Occidente de entrometerse en asuntos que no le competen. Gran parte de la molestia de Moscú es porque, de manera particular, el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania han intervenido con armamento y dinero para alimentar el apoyo hacia Kiev, cuando es un conflicto meramente regional e, incluso, binacional", indica.
Dos días después del atentado del 8 de octubre del año pasado, las
Fuerzas Armadas de Rusia realizaron ataques con misiles de alta precisión contra la infraestructura vital y los puntos de mando en varias ciudades y regiones de Ucrania.
Hace unos días, la viceministra de Defensa ucraniana,
Anna Maliar, admitió que Kiev realizó el ataque contra el puente de Crimea en octubre de 2022. Pese a esta afirmación y lo ocurrido este año en el mismo sitio, el presidente Vladímir Putin dijo que analizan las acciones que tomarán contra Ucrania.
En línea con las declaraciones del mandatario ruso, Kanety dice que aún es apresurado estimar qué tipo de estrategia se desplegará.
"Desde los argumentos que mencionó Putin, [el puente de Crimea] no es un paso militar, sino civil. Y eso el Gobierno ruso lo está considerando como una afrenta mayor. Es un ataque terrorista que ha matado o cobrado la vida de civiles, no de militares y eso de alguna manera puede justificar las acciones a venir", ahonda.
Ante ello, la experta estima que podría darse una escalada en las tensiones entre Kiev y Moscú.
"Además, al calificarlo como ataque terrorista, podría calificar para acciones de otro grado, por ejemplo, podría llamar a la sociedad internacional a algunas alianzas para hacerle frente a este fenómeno", concluye.