Según la agencia palestina de noticias WAFA, las autoridades encargadas del suministro hídrico redujeron a menos de 100 litros diarios per cápita el flujo de agua, un nivel que se halla por debajo del mínimo recomendado por la OMS y seis veces menor a los 600 litros diarios que consume la población israelí que habita en Cisjordania ocupada.
El hecho fue catalogado por parte de la Autoridad Palestina del Agua como "racista", ya que "no existen motivos técnicos para esta reducción".
"No se han detectado fallos en el suministro, sino que es una medida discriminatoria que se suma a las políticas racistas de las autoridades ocupantes [israelíes]", declaró la dependencia palestina.
El mismo día que se denuncia la reducción del suministro, la Comisión de Resistencia a los Asentamientos y al Muro de Belén denunciaron que los habitantes de la colonia Bitar Illit vertieron aguas residuales en terrenos agrarios palestinos ubicados en Nahalin, al oeste de Belén.
Al respecto, el director de la Comisión, Hasán Breiyié, aseguró que esta acción fue deliberada para contaminar cosechas, pozos y provocar varios riesgos sanitarios.
El pasado 3 de julio, el Gobierno israelí informó que su operación militar en la ciudad de Yenín, situada en el norte de Cisjordania, terminará cuando "se logren sus objetivos".
En la noche del 2 al 3 de julio, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron el inicio de una operación antiterrorista a gran escala en Yenín y en un campamento de refugiados del mismo nombre. Como resultado hubo decenas de heridos y varios muertos.
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