En sus palabras, el colapso de la presa de Kajovka puede provocar la disminución de las fuentes de refrigeración y daños en los reactores de la planta nuclear de Zaporozhie, pero es demasiado pronto para que cunda el pánico.
Añadió que están supervisando la situación en Nóvaya Kajovka, la velocidad y el alcance de la
disminución del nivel de agua.
"Determinaremos nuestra posición como OIEA, elaboraremos las medidas de respuesta que recomendaríamos. Estoy seguro de que la central tiene sus propias ideas al respecto. Nos gustaría discutirlas. A corto plazo, en un futuro no muy lejano, puede que haya consecuencias si la situación se deteriora o empeora", apuntó.
Grossi subrayó que el OIEA seguirá realizando inspecciones de la central nuclear de Zaporozhie hasta que la situación se haya estabilizado.
"Como jefe del OIEA, no debería simplemente hablar de eso, sino viajar al lugar para evaluar en persona lo que está pasando, hablar con la gerencia actual allí, hablar con los operadores allí, hablar con todos, hacer una evaluación. (...) Hasta que la situación en su conjunto se estabilice, tendremos que seguir haciéndolo, y es por eso por lo que ayer [7 de junio], tras la noticia de la destrucción de la presa en el Dniéper, anuncié que volvería para evaluar cuál es la situación", agregó.
El director general del OIEA enfatizó que la idea es completar durante esa visita la rotación de sus expertos en la planta.
En declaraciones a Sputnik, Grossi señaló que percibe "suficiente apoyo de la comunidad internacional, Rusia y Ucrania incluidas, para implementar estas funciones o hacerlas operativas". El jefe del OIEA dijo que se siente "animado" por las reacciones a su plan, pero sugirió actuar con cautela.
"Por supuesto, tenemos que manejar esto con sumo cuidado, dadas las circunstancias y tratándose de un conflicto abierto. (…) Lo importante para mí es que hayan tomado nota", puntualizó.
Grossi calificó la rotación como una "operación muy delicada", en la que también está involucrado el Departamento de Seguridad y Vigilancia de la ONU. Será necesario coordinar los movimientos para que la misión pueda pasar de manera segura, aclaró.
El director general del OIEA comunicó que la próxima semana probablemente se encontrará con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Además, visitará Zaporozhie, e irá a Moscú o a cualquier otra región de Rusia para continuar el diálogo.
"Para mí, el objetivo principal es evitar una catástrofe nuclear. Eso requiere mucho esfuerzo. Y seguiré trabajando en esta dirección", recalcó.
Respecto a sus conversaciones en Pekín, Grossi declaró que el ministro de Estado y el ministro de Asuntos Exteriores y otros altos funcionarios de China confirmaron que tienen ciertas ideas dentro del
plan que había presentado el presidente chino, Xi Jinping.
El pasado 30 de mayo, el director general del OIEA
formuló cinco principios para garantizar la seguridad de la central nuclear de Zaporozhie, a saber: prevenir cualquier ataque desde o contra instalaciones de la planta o su personal; no almacenar allí armas pesadas o efectivos que podrían utilizarse para un ataque desde la planta; no poner en riesgo las fuentes de energía externa; proteger de ataques o actos de sabotaje las estructuras, sistemas y componentes esenciales para el funcionamiento seguro de la central; y, por último, evitar cualquier acción que pueda socavar estos principios.
La central nuclear de Zaporozhie, la mayor de Europa, se encuentra cerca de la ciudad de Energodar, a orillas de un embalse que sufre actualmente una descarga descontrolada tras el
derrumbe del dique de Kajovka, más abajo en el curso del Dniéper.
La planta cuenta con seis reactores de agua presurizada modelo VVER-1000 y tiene una capacidad total de 6.000 megavatios. Las seis unidades de generación están apagadas, para minimizar el riesgo de su exposición al conflicto armado en curso.
Desde marzo de 2022, la central permanece bajo la defensa de militares rusos. El Ministerio de Exteriores ruso alega que la presencia militar en la planta, que había sido operada por la empresa ucraniana Energoatom antes de que Rusia anunciara la incorporación de la provincia de Zaporozhie a finales de septiembre pasado, persigue evitar fugas de materiales nucleares y radiactivos.
Rusia y Ucrania se acusan periódicamente de disparar contra instalaciones de la central, que en múltiples ocasiones se quedó sin fuentes de alimentación externa de energía eléctrica.