¿Por qué Ucrania tiene tanto interés en los aviones de combate F-16? | Video

Los detalles sobre la posible entrega de aviones de combate F-16 a Ucrania siguen siendo turbios, con la Administración Biden sin ofrecer información sobre si Washington suministraría los aviones, mientras que varios de sus principales aliados de la OTAN, incluidos Italia y Polonia, ya han indicado que no enviarán los suyos.

Dado que los medios de comunicación descartan la posibilidad de que Kiev obtenga F-16 de clientes estadounidenses en Oriente Próximo —donde vuelan más cazas de cuarta generación que en toda Europa junta—, puede que les toque a Dinamarca, Noruega, Bélgica y Países Bajos, cuya flota conjunta se estima en 125 unidades del F-16, hacer la "donación" para dejar sitio a sus nuevos F-35.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania han sido diezmadas en el transcurso del último año y medio, perdiendo más de sesenta aviones y más de 30 aeronaves de ala giratoria, incluida la mayor parte de su inventario anterior a febrero de 2022, además de aviones y helicópteros entregados al país por países de la Alianza atlántica.

Dado que los inventarios de aeronaves de fabricación soviética de los exmiembros del Pacto de Varsovia convertidos en países de la OTAN se están agotando, Kiev necesita una nueva fuente de abundantes cazas a precios razonables para continuar las operaciones en el marco del conflicto que mantiene con Moscú.

Además, el compromiso del Reino Unido y Francia de enviar misiles de crucero lanzados desde el aire de largo alcance, Storm Shadow y SCALP-EG, a Ucrania significa que Kiev puede necesitar un portador adicional para estas armas, aparte de los Su-24 que ya fueron modificados para tal fin.

Aunque los misiles están diseñados para su uso a bordo de los aviones Tornado, Typhoon, Rafale y Mirage 2000 de británicos y franceses, modificarlos para su empleo desde un F-16 puede considerarse más fácil que instalarlos a bordo de aviones de fabricación soviética.

La abundante oferta del F-16 es probablemente su mayor punto a favor.

Introducido a fines de la década de 1970 y fabricado por General Dynamics y Lockheed Martin, se han producido más de 4.600 unidades de este caza, que se exportó a más de dos docenas de países de todo el mundo durante los casi cincuenta años desde su creación.

Un número de producción tan grande significa la disponibilidad potencial de muchos aviones de segunda mano relativamente baratos, además de las piezas de repuesto que los acompañan. Se estima que los contribuyentes estadounidenses y de la OTAN tendrán que desembolsar entre 12 y 16 millones de dólares por unidad.

Aunque originalmente se concibió como un caza de superioridad aérea diseñado para enfrentarse a aviones de combate y bombarderos soviéticos sobre las llanuras de Europa, Medio Oriente y Asia, el F-16 se modernizó para servir como un cazabombardero polivalente, principalmente contra naciones y actores no estatales con capacidades de defensa aérea limitadas o inexistentes.

El F-16 básico viene con un cañón Vulcan M61 de 20 mm para combates aéreos y tiene 9 puntos de suspensión en los que se pueden instalar una variedad de misiles aire-aire, aire-tierra y antibuque, además de bombas de caída libre.

Estos incluyen misiles aire-aire AIM-120 AMRAAM, IRIS-T, Python (en las versiones israelíes), y los AIM-9 Sidewinder, así como los misiles aire-tierra AGM-88 HARM, JASSM, Maverick y misiles de largo alcance JSOW (Joint Standoff Weapon). Además de una variedad de bombas guiadas y no guiadas, también tiene la capacidad de lanzar misiles antibuque Harpoon y Penguin.

Los aviones también pueden transportar bombas nucleares estadounidenses B61 y B83, que tienen un rendimiento explosivo de hasta 400 kilotones (a modo de comparación, la bomba nuclear estadounidense lanzada sobre Hiroshima en 1945 tuvo un rendimiento explosivo de "solo" 16 kilotones).

El F-16 tiene una velocidad máxima de hasta Mach 2,05, lo cual equivale a unos 2.178 kilómetros por hora a una altitud de 12.000 metros, y una velocidad de crucero de unos 930 kilómetros por hora. Aunque cabe señalar que semejante velocidad máxima es alcanzable solo en configuración "limpia", cuando la aeronave no porta ningún armamento o equipamiento suspendido.

Asimismo, este avión tiene un radio de combate de unos 860 kilómetros, que se puede ampliar drásticamente utilizando depósitos de combustible externos, a expensas de la capacidad de llevar armas y maniobrabilidad.

Los aviones también se pueden reabastecer de combustible en el aire, aunque es poco probable que Ucrania obtenga tales capacidades, dado que no ha recibido ningún avión cisterna de la OTAN, mientras que sus propios aviones cisterna Ilyushin Il-78 emplean otro sistema de reabastecimiento aéreo. Las aeronaves de la Fuerza Aérea de EEUU emplean el sistema de la pértiga, mientras que los aviones soviéticos y rusos hacen uso del sistema de sonda-cesta.

Estados Unidos tiene más de 1.000 F-16 operativos en su inventario, contando los aviones volados por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, la Guardia Nacional Aérea, un pequeño número con la Marina, así como la NASA, que los ha utilizado como banco de pruebas aerodinámicas.

Los F-16 son algunos de los aviones militares más reconocibles del mundo, con imágenes y videos de su uso en la Operación Tormenta del Desierto en 1991, la invasión de Irak en 2003, las operaciones de bombardeo de la OTAN en la ex-Yugoslavia, la guerra en Afganistán y el bombardeo de Libia en 2011 está grabado en la mente de personas de todo el mundo.

Israel, que se convirtió en uno de los primeros aliados de EEUU en recibir los aviones y opera 175 de su variante F-16I modificada, ha utilizado los aviones ampliamente contra Siria e Irak.

Pakistán es otro operador importante de los cazas, desplegándolos repetidamente en escaramuzas con India y sus existencias de aviones soviéticos y rusos MiG-21 y Sukhoi Su-30MKI. El avión también ha sido utilizado ampliamente por miembros de coaliciones lideradas por Estados Unidos y Arabia Saudita en ataques aéreos en Siria, Irak y Yemen.

En América Latina, el F-16 también tiene una presencia en las Fuerzas Aéreas de Venezuela y Chile, aunque estos países emplean las versiones más bien antiguas de estos cazas estadounidenses.

Observadores occidentales han comparado a menudo el F-16 al Sukhoi Su-35S, un caza ruso de superioridad aérea polivalente de generación 4++ basado en el mítico Su-27 (desarrollado en la década de 1980) e introducido en servicio con el ejército ruso a mediados de la década de 2010, y modificado para incorporar elementos de aviones de quinta generación.

Sin embargo, una comparación más adecuada sería el MiG-29, que se introdujo en la década de 1980 como respuesta directa al F-16. El MiG cuenta con características superiores de velocidad y maniobrabilidad, pero solo puede transportar unas 4,2 toneladas de armamento, en comparación con las 7.4 toneladas por algunas variantes del F-16, lo que lo convierte en un verdadero jet centrado en la superioridad aérea.

El MiG también tenía otra ventaja: tiene una planta motriz que consta de dos motores en comparación con un solo motor del F-16, lo que significa que, en caso de una emergencia, el MiG-29 teóricamente tendrá más posibilidades de regresar a una base aérea que su contraparte estadounidense. Con ello cabe señalar, que el tener un solo motor también tiene su ventaja: resulta más económico en términos de operación y mantenimiento.

Estados Unidos dio luz verde formalmente al entrenamiento de pilotos ucranianos la semana pasada, con un funcionario de la Casa Blanca indicando que el proceso "tendrá lugar fuera de Ucrania, en sitios en Europa y requerirá meses para completarse". Washington espera "comenzar este entrenamiento en los próximos meses".

Una evaluación de la Fuerza Aérea de EEUU obtenida por los medios estadounidenses indicó que el entrenamiento probablemente tomaría alrededor de cuatro meses, muy por debajo de los 18 meses estimados previamente.

Los recortes en el tiempo de entrenamiento probablemente significarán una reducción de la eficiencia en el combate.