Como aclara el canciller, Rusia dedica una atención prioritaria a la región ártica y, al desempeñarse como presidenta del Consejo Ártico entre 2021 y 2023, se ha guiado siempre por el interés común de garantizar el desarrollo sostenido y seguro de esta región y el bienestar de sus habitantes.
"La presidencia rusa estuvo orientada a cumplir estas tareas, en su marco se celebraron más de un centenar de foros de variada temática", agregó.
La actividad de pleno formato del Consejo "fue congelada provisionalmente" por sus miembros occidentales bajo el pretexto de
la situación en Ucrania. Serguéi Lavrov subrayó que Moscú califica tal paso de politizado y contraproducente, pues lleva a la diluir la responsable gestión colectiva de la región.
"Pese a todo, seguimos convencidos de que precisamente sobre los Estados árticos recae una especial responsabilidad por el desarrollo progresivo de esta región", manifestó Lavrov al concluir.
El Consejo Ártico, instituido en 1996, es un foro intergubernamental de alto nivel, que garantiza el apoyo a la cooperación en la región, sobre todo en la protección del entorno. Lo integran ocho miembros definidos como Estados árticos: Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia. Trece Estados no árticos (Alemania, Corea del Sur, China, España, Francia, India, Italia, Japón, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Singapur y Suiza) tienen el estatus de observadores.
La presidencia en el Consejo es rotativa y dura dos años, en mayo de 2021 recayó en Rusia. En marzo de 2022, los países occidentales miembros del Consejo Ártico
anunciaron la suspensión de la participación en sus actividades en señal de protesta contra la operación especial rusa en Ucrania.