El 9 de mayo, Jan fue detenido y arrestado por el presunto desfalco de 50.000 millones de rupias pakistaníes (240 millones de dólares). Esto desató una ola de manifestaciones violentas en varias ciudades del país.
Imran Jan y su papel en la crisis
Según el doctor en Historia y profesor asociado en la Escuela Superior de Economía de Rusia, Vladímir Sótnikov, la situación se desarrolla en el contexto de que Pakistán es un país que ha sufrido varios golpes militares y que el ejército sigue desempeñando un papel esencial en las decisiones clave de la política del Estado. Estos factores internos tuvieron afecto aún más fuerte a la situación que el hecho de que Jan intentaba seguir un rumbo independiente en política exterior, considera el experto. Además, existía un rechazo claro a su política general e interior, sobre todo por parte de los círculos militares.
El ex primer ministro, en palabras del analista, al principio no dependía de ningún partido político y de hecho "desafió a los círculos políticos tradicionales". En Pakistán, continuó, existen dos partidos más antiguos: la Liga Musulmana de Pakistán y el Partido del Pueblo Pakistaní, que, aparte de los militares, se sucedieron en el poder.
"Imran Jan surgió en realidad como una especie de revolucionario. Decidió que llega el momento en que es posible y necesario que Pakistán elija una tercera vía", destacó, agregando que el político llegó al poder en una ola de popularidad, porque la financiación no estaba vinculada a los partidos políticos tradicionales.
Los votantes pakistaníes realizaron protestas, apoyaron a Jan y siguen manifestándose contra su detención. En opinión de Sótnikov, la situación ahora es que, "aparentemente, el ex primer ministro ya no participará en la lucha política porque los militares ya dejaron clara su posición", y Pakistán "se está sumiendo ahora en un desarrollo interno muy turbulento".
Entre las potencias mundiales
En cuanto a la relación de EEUU hacia Pakistán, el analista opinó que el último es vital para los estadounidenses como Estado que limita directamente con Afganistán e influye en lo que está ocurriendo ahora allí. En particular, prosiguió, están interesados y muy preocupados por los múltiples vínculos que existen entre los militares pakistaníes y otros círculos políticos con los talibanes afganos.
"Pakistán siempre ha sido un punto focal para los estadounidenses. Washington siempre ha intentado jugar la carta pakistaní (...). En general, se sabe que Islamabad incluso formó parte de los bloques que los estadounidenses habían creado contra la Unión Soviética. Pero creo que a los estadounidenses les gustaría mantener al país en su 'órbita'", indicó.
Agregó asimismo que EEUU podría utilizar a Pakistán en algún momento del futuro próximo para que los pakistaníes dejen de cooperar con Rusia o limitar su asociación o, en el mejor de los casos, para que los norteamericanos puedan crear algún nuevo bloque político-militar en Asia. Esto posiblemente metería a Pakistán en la órbita de Washington y le volvería al campo de la política exterior pakistaní, supone Sótnikov.
Sin embargo, Jan quería dejar de depender de los estadounidenses y desarrollar una relación con Rusia, pero "se le impidió hacerlo".
En lo que se refiere a China, es el aliado tradicional de Pakistán "de todo tiempo", como lo llaman los propios pakistaníes, afirmó el experto.
"No pienso que [Jan] se haya arrepentido lo más mínimo de sus convicciones. (...) No descarto la posibilidad de que si se producen manifestaciones masivas en Pakistán, si la situación interna es caótica y muy impredecible, Imran Jan consiga de algún modo involucrarse en actividades políticas. En realidad, su detención está relacionada con el hecho de que intentaron, y finalmente consiguieron, apartarle del Gobierno del país", concluyó.
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