"En esta ocasión, la acción se produce inmediatamente después de un fin de semana festivo de cuatro días, que ya es difícil porque muchos trabajadores tienen unas vacaciones muy necesarias y será más extensa que nunca, ya que los hospitales se enfrentarán a casi 100 horas sin hasta la mitad de la plantilla médica del NHS", informó a BBC Breakfast Stephen Powis.
También alertó de "niveles de perturbación sin precedentes" debido a la huelga de médicos que exigirán mejoras salariales. En sus palabras, la manifestación durará al menos otros cuatro días.
Layla McCay, directora de la NHS Confederation, está de acuerdo con Powis y declaró que en la última huelga de médicos en formación tuvieron que posponer unas 175.000 citas y operaciones.
Se refirió a los "líderes sanitarios de todo el sistema" que, en sus palabras, "están más preocupados por esta huelga que por cualquier otra". También señaló que "creen que el impacto va a ser tan importante que es probable que afecte la seguridad de los pacientes, y eso es una gran preocupación para todos los dirigentes sanitarios".
McCay argumentó que la interrupción podría durar hasta 10 u 11 días, ya que la huelga se desarrollaría entre el puente de Semana Santa y otro fin de semana.
La situación tiene de fondo que la Asociación Médica Británica (BMA, por sus siglas en inglés), el sindicato de médicos y estudiantes de medicina del Reino Unido, ya habían exigido un aumento salarial del 35%. En una carta enviada el 6 de abril al Secretario de Sanidad, Steve Barclay, indicó que el sindicato dejó claro que podrían evitarse las huelgas si el Gobierno ofrecía una remuneración "creíble".
Mike Greenhalgh, vicepresidente del comité de médicos en formación de la BMA, declaró que "es difícil negociar cuando solo lo hace una de las partes, y el Gobierno no nos devuelve nada".
El Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, por su parte, insistió en que la BMA debía desconvocar la huelga para poder negociar.
El primer ministro del país,
Rishi Sunak, aseguró que
el Gobierno británico tomará "medidas rápidas" para reducir los tiempos de espera de las ambulancias de urgencias. Además, se comprometió a mejorar la atención de urgencias y emergencias, esbozando planes para aumentar el número de camas, ambulancias, personal y mejorar los servicios sociales.
En febrero, Sunak declaró que le gustaría aumentar "enormemente" el sueldo de las enfermeras, pero que, en cambio, se necesita dinero en otros ámbitos de la sanidad. De acuerdo con el Colegio Real de Enfermería (RCN, por sus siglas en inglés), los salarios de los enfermeros han caído hasta un 20% desde 2010.
A su vez, las autoridades británicas afirmaron en varias ocasiones que
no pueden permitirse aumentar los salarios de las personas empleadas en el sector público debido a la inflación, ya que tales medidas solo conducirían a un mayor aumento de los precios en el país y crearán una carga adicional en el presupuesto.
Durante los últimos meses, el Reino Unido vive una crisis sanitaria que dio lugar a una temporada de huelgas. El pasado 25 de noviembre, las enfermeras británicas, que exigen la subida de salario,
anunciaron dos huelgas en diciembre por
primera vez en la historia de 100 años de este sindicato. Por su parte, los responsables aseguraron que la crisis que vive el sistema de salud pública
es "intolerable e insostenible" y que el futuro del sistema sanitario "está en manos del Gobierno".