Se trata de doceava semana consecutiva en la que se realizan protestas por la reforma señalada y en contra del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a quien acusan de una actitud antidemocrática por impulsar la iniciativa.
Los organizadores de la marcha aseguran que a lo largo de todo el país se manifestaron más de 630.000 personas, siendo la protesta de Tel Aviv la que congregó más gente, con un cálculo estimado de 200.000 asistentes.
Las autoridades no confirmaron y tampoco rechazaron las cifras.
El medio citado sostiene que 32 personas fueron detenidas durante la jornada de protestas por ataques a la vía pública. La Policía también usó cañones de agua para dispersar a los manifestantes.
Mientras se realizaban las protestas, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, emitió un mensaje en televisión en el que llamó a retrasar la discusión de la reforma hasta que pasen los días festivos del próximo mes. Sin embargo, fuentes al interior del Poder Legislativo afirmaron que la discusión legislativa se dará en los tiempos calculados.
"El proceso legislativo debe detenerse durante varias semanas", comunicó Gallant, una postura que recibió el apoyo de otros dos políticos del Likud y el posible respaldo de un tercero mientras que otros en la coalición de Gobierno lo criticaron, entre ellos, el líder del partido Otzma Yehudit (Poder judío, en hebreo), Itamar Ben Gvir, exigió que fuera relevado de su cargo.
La seguridad del Estado de Israel "es la misión de mi vida", declaró.
"Vestido con el uniforme de las Fuerzas de Defensa de Israel he arriesgado mi vida docenas de veces por el Estado de Israel, y en este momento, por el bien de nuestro país estoy dispuesto a correr cualquier riesgo y pagar cualquier precio", agregó.
El ministro de Defensa enfatizó que Israel enfrentaba "grandes amenazas, tanto cercanas como lejanas", citando el programa nuclear de Irán, los ataques palestinos y las recientes tensiones con el grupo terrorista libanés Hizbulá. "Más que nunca, enfrentamos desafíos de seguridad sin precedentes", subrayó.
"Veo que la fuente de nuestra fuerza se está erosionando", advirtió Gallant a tiempo de señalar que "la creciente brecha en nuestra sociedad está penetrando en las FDI y las agencias de seguridad. Esto plantea una amenaza clara, inmediata y tangible a la seguridad del Estado. No contribuiré a que esto suceda".
Cabe señalar que una primera parte de la reforma judicial ya fue aprobada a mediados de febrero y la segunda parte únicamente ha sido aprobada por el Comité de Ley y Justicia, conocido como Knéset.
Entre las disposiciones de la reforma está que el Gabinete del Poder Ejecutivo será el encargado de asignar jueces y que Knéset podrá sobre ponerse a los dictámenes de la Suprema Corte, con una mayoría absoluta.
Se espera que las protestas continúen esta semana luego de que algunos de los organizadores llamaron a una "semana de parálisis" para presionar al Gobierno de Netanyahu.