Se trataba de un portaviones de origen francés de la clase Clemenceau, fabricado en 1960, y que sirvió en la Marina francesa hasta el 2000, cuando fue vendido a Brasil.
"El procedimiento fue realizado con la competencia técnica y la seguridad necesarias por la Marina de Brasil, a fin de evitar perjuicios logísticos, operativos, ambientales y económicos al Estado brasileño", indicó la fuerza militar en un comunicado oficial.
El navío NAe Sao Paulo (A-12) fue hundido a 350 kilómetros de la costa brasileña, donde la profundidad es de 5.000 metros, indicó la Marina. La zona fue elegida por varios motivos, además de la profundidad: se encuentra en la zona económica exclusiva de Brasil, es decir, dentro de los límites del territorio marítimo brasileño, y alejado de las áreas de protección ambiental; no hay interferencias con cables submarinos y no existen proyectos de obras en dichas aguas.
El principal problema en torno al NAe Sao Paulo (A-12) era la presencia de amianto, también llamado asbesto, un compuesto mineral usado como material aislante térmico. Sin embargo, la inhalación de sus fibras pueden producir enfermedades pulmonares y cáncer, por lo cual el uso industrial de asbesto está prohibido en muchos países.
La producción y venta de amianto está prohibida en Brasil desde 2017, de acuerdo con una resolución del Tribunal Supremo Federal, por considerarlo un material nocivo para la salud. Durante los años 90, unas 55 toneladas del componente fueron retiradas del portaviones por la Armada francesa, pero el casco tenía aún 9,6 toneladas de amianto que no podían ser extraídas del barco, además de otras 644 toneladas de materiales tóxicos y peligrosos.
En 2018 el NAe Sao Paulo (A-12) fue retirado de servicio. Tras una subasta fue comprado por un astillero turco para su desguace, pero su entrada al país fue prohibida por tratarse de desechos tóxicos.
El portaviones fue devuelto a aguas brasileñas, con la intención de atracarlo en puertos del país, pero las autoridades no lo permitieron ante la posibilidad de contaminación.
La decisión de hundir el NAe Sao Paulo (A-12) también generó resistencia y protestas por el daño medioambiental que podría ocasionar. Pero, finalmente, la Marina hundió el portaviones.
Para ellos, los buzos militares colocaron explosivos en el portaviones para perforar el casco y así aumentar la entrada de agua para que se hundiera, reveló Folha de Sao Paulo. Fuentes de la Marina dijeron que la maniobra para hundir la nave de guerra fue realizada "para evitar que el casco quede al borde del hundimiento, lo que podría prolongarse hasta mediados de febrero".
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estos enlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
También tenemos una cuenta en la red social rusa VK.