"Será el primer lanzamiento espacial ruso en 2023", anunciaron desde la corporación espacial rusa Roscosmos.
Elektro-L capta imágenes tanto en el infrarrojo cercano como en longitudes de onda visibles, proporcionando detalles no solo sobre el movimiento de las nubes sino también sobre las variaciones en la vegetación. El satélite también está diseñado para el estudio de mares y océanos, el seguimiento de las condiciones de vuelo de la aviación, así como el análisis del estado de la ionósfera y el campo magnético terrestre.
Estacionado a 76 grados de longitud, este Elektro-L toma imágenes cada 15-30 minutos y capta la misma vista de la Tierra a lo largo del día. Con una resolución de 1 kilómetro por píxel, las imágenes de tamaño completo de Elektro-L son algunas de las más detalladas de la Tierra.
Elektro-L fue la primera gran nave espacial desarrollada en la Rusia postsoviética.
Actualmente, Rusia dispone de dos satélites operativos Elektro-L, el número 2 y el 3, lanzados en 2016 y 2019, respectivamente. El primer satélite de la gama, lanzado en 2011, dejó de responder a las estaciones terrestres al cabo de unos años. En 2024 se pondrá en órbita un quinto satélite.