"En nuestro gobierno las estadísticas son elocuentes, se superaron tanto las metas del 2021 como las del 2022, de 9.467 y 10.267 hectáreas erradicadas, respectivamente, y hoy nos volvemos a poner como meta para la gestión 2023, estas 10.000 hectáreas de erradicación de la hoja de coca", afirmó el mandatario en su discurso en la provincia Chapare, en la región central del país.
Bolivia tiene como límite de producción 22.000 hectáreas de coca para el consumo interno, pero en 2021 creció en cuatro por ciento, según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
En total, en 2021 se registraron 29.200 hectáreas de cultivo de coca mediante un estudio de campo realizado por el gobierno boliviano, en coordinación con la UNODC.
Aproximadamente, el 20% de la producción de la hoja de coca es desviada al mercado ilegal para ser empleada en la producción de pasta base de cocaína, según autoridades policiales de Bolivia.
Arce también cuestionó la época neoliberal (1985-2003) en la que la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés) intervino en la erradicación de cultivos de coca en Bolivia, mediante la represión a campesinos.
Por ejemplo, en 1997, 33 campesinos cocaleros bolivianos murieron bajo represión policial y militar durante tareas de erradicación de cultivos de la hoja de coca.
A escala global, Bolivia posee el 10% de la producción de la hoja de coca, por detrás de Perú el 25% y Colombia el 65%.
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