Las ranas de cristal septentrionales rara vez superan los 2,54 cm de longitud y pasan la mayor parte de su vida adulta posadas en las hojas de las copas de los bosques de América Central y del Sur, muy por encima de los rápidos arroyos donde ponen sus huevos. Su vientre es translúcido incluso cuando están despiertas, lo que permite ver fácilmente cómo su corazón bombea sangre roja por todo el cuerpo.
Los científicos llevaron mucho tiempo fascinados por el modo en que el vientre de las ranas se vuelve transparente cuando se duermen, haciéndolas casi invisibles a los depredadores.
"Si realmente quieres ser transparente, tienes que esconder tus glóbulos rojos. Estas ranas de cristal filtran los glóbulos rojos de la sangre mediante algún proceso, del que desconocemos los detalles, y los apiñan en el hígado con tanta fuerza que deberían crear un coágulo. Pero no lo hacen", explicó el coautor del estudio y profesor de Biología de la Universidad Duke de Carolina del Norte, Sonke Johnsen.
Para entender mejor este fenómeno, Johnsen y sus colegas rastrearon los glóbulos rojos que circulan por el cuerpo de las ranas de cristal. Uno de estos métodos, conocido como microscopía fotoacústica, consiste en proyectar una luz brillante sobre el cuerpo de la rana y captar las ondas sonoras que se producen cada vez que la luz incide sobre la hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno y da a la sangre su color característico.
"Dejábamos descansar a la rana, luego la pinchábamos un par de veces y dejábamos que se durmiera de nuevo", describió el proceso Johnsen.
El seguimiento de la hemoglobina reveló que las ranas de cristal retiran de la circulación el 89% de sus glóbulos rojos y los guardan en el hígado. Como su piel refleja muy poca luz y su sangre, sin hemoglobina, no la absorbe, se vuelven casi totalmente transparentes, indica la investigación publicada en Science.
Sin embargo, aún quedan muchos aspectos por aclarar sobre este proceso, por ejemplo cómo esas ranas sobreviven con tan poca hemoglobina circulando mientras duermen.
El estudio de este fenómeno podría arrojar luz sobre los trastornos humanos de la coagulación y constituir la base de la investigación sobre anticoagulantes.