Alemania intrascendente
"¡15 años es genial!", dijo el ministro federal de Economía de Alemania, Robert Habeck de los Verdes, al celebrar con bombos y platillos el reciente acuerdo al que llegó su país con Catar por el suministro de GNL por 15 años.
Pero hay dos pequeños detalles que no lo hacen tan genial a este acuerdo: primero, que este gas recién comenzará a suministrarse en 2026, así que estos cuatro años que faltan serán toda una travesía en el desierto para todos los alemanes, para sus hogares, y también para la industria de ese país que ya se está reubicando en otros países.
Lo otro malo que tiene este acuerdo, es la cantidad de gas que implica el contrato: Catar le va a suministrar a Alemania 2 millones de toneladas anuales de GNL. Tuvo que salir
jefe del Comité de Energía del Bundestag alemán, Klaus Ernst, a bajarle los humos a Habeck:
"El gobierno federal celebra su acuerdo de GNL con Qatar y cuenta con grandes cifras. En realidad, estos dos millones de toneladas de GNL corresponden al 3% del consumo de gas alemán. ¡Todavía no hay alternativas reales al gas ruso!", tuitéo el funcionario.
También se pronunció el ministro de Energía catarí, Saad Sharida al-Kaabi, quien también es presidente y consejero delegado de QatarEnergy. "Estos acuerdos son trascendentales por varias razones".
Claro que es trascendental para Catar, porque se ha asegurado una venta por 15 años, y claro que también es genial como dijo Habeck, pero no para Alemania, sino para Catar.
"¿Qué pasa? Que la gente pobre, la gente humilde, la gente trabajadora [de Alemania] va a pasar mucho frío, porque los precios del gas licuado es un producto muy caro, mucho más caro que antes cuando llegaba por los gasoductos rusos", avisa el Dr. en Sociología, historiador y escritor Sergio Fernández Riquelme.
"Esas decisiones [del Gobierno alemán de dejar de comprar gas a Rusia y comprar GNL], y sus consecuencias deben ser ocultadas por la propaganda", sentencia Fernández Riquelme.
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