"El tema de la subvención de combustibles está claro que es insostenible en el mediano plazo, estamos hablando de un presupuesto de más de 1.000 millones de dólares. En el anterior presupuesto era mucho menor, pero basado en supuestos y reales, con un precio internacional del petróleo bastante bajo, cuando todas las proyecciones eran mayores", explicó.
Bolivia tenía un presupuesto de 4.794 millones de bolivianos (694.221 millones de dólares) en 2022 para importación, almacenaje y distribución de hidrocarburos, pero ahora este sube a 7.642 millones de bolivianos (1.106 millones de dólares), de acuerdo con el proyecto del Presupuesto General del Estado (PGE) 2023, presentado el lunes por el Ministerio de Economía.
"Hay que ver los mecanismos para bajar la subvención a los combustibles. Quitarle a la población ahora es imposible, es una camisa de fuerza que tiene el Gobierno, pero hay que buscar medidas muy rápidas como la producción del etanol con el sector privado o fomentar el consumo de etanol. Ver la forma de ir cambiando la matriz energética", recomendó.
Suárez también se refirió al tipo de cambio fijo (1 dólar por 6,86 pesos bolivianos) que el Gobierno boliviano prevé mantener en 2023, lo que considera difícil de modificar y planteó políticas de atracción de inversión extranjera para atraer divisar, y fomento de exportaciones.
"El tipo de cambio fijo está más difícil de modificar porque el 95% de la cartera de créditos de los bolivianos está en moneda nacional y mover el tipo de cambio generaría una avalancha de personas buscando dólares", explicó.
Otra observación que hace el economista boliviano al PGE 2023 es que se incrementa el gasto corriente en salarios en un 4% con relación a la gestión 2022, lo que da a entender que el aparato burocrático sigue creciendo.
En una apreciación global del PGE, Suárez ve que sigue la misma tendencia del año pasado, no hubo cambios sustanciales y considera que el Gobierno intenta inflar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sobre el 4%.
"El Gobierno nacional tiende a inflar las proyecciones de crecimiento económico, no sé por qué razón. Hace varios años tiene un PGE con un crecimiento superior al 4%, generando expectativas de doble aguinaldo en la población (si la economía crece más del 4,5%). Es perjudicial, porque provoca pánico en emprendedores y una aversión a contratar", opinó.
El Gobierno de Bolivia prevé un crecimiento económico del 4,8% en la gestión 2023 y un presupuesto de 243.950 millones de bolivianos (35.315 millones de dólares) con un crecimiento del 3,8% con relación a la gestión 2022.
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