El presidente de Argentina pide en la ONU un sistema de comercio agrícola más justo y equitativo

Si se garantiza ese nuevo esquema, los países productores de alimentos podrán hacer las inversiones necesarias para aumentar la producción, observó el mandatario.

Ante otros jefes de Estado, Fernández reclamó la necesidad de asegurar la seguridad alimentaria en todo el mundo ante "la volatilidad de precios de algunos alimentos" de los que advierten los informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En ese contexto, Argentina puede ser un proveedor confiable de alimentos y de tecnología aplicada a su producción, así como suministrador de energía, aseguró Fernández.

"Estamos incrementando la producción para proveer al mundo de energías limpias y de aquellas que, como el gas natural, permitan reducir las emisiones de carbono durante la transición", detalló.

El presidente también recordó que el territorio argentino alberga en la formación rocosa de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén (suroeste), la segunda reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo no convencional.

En añadido, "contamos con una gran reserva de litio y con el potencial para desarrollar la energía solar y eólica, así como el hidrógeno de bajas y nulas emisiones", informó.

Durante su ponencia, el jefe de Estado objetó que no todos los países son "igualmente responsables de la crisis climática".

Por ello, el gobernante reclamó que las responsabilidades también sean diferenciadas, lo que "exige aliviar en la emergencia el esfuerzo de quienes no fueron culpables", concluyó.

Fernández viajará este 21 de septiembre hasta la ciudad de Houston, en el Estado de Texas (sureste), para reunirse con empresarios del sector de hidrocarburos.

Su regreso a Buenos Aires está pautado para la noche de ese mismo día, de modo que el mandatario aterrizará en suelo argentino en la mañana del jueves 22.

Por su parte, Fernández, advirtió que la pandemia del COVID-19 exacerbó la brecha entre los países más pudientes y los más empobrecidos.

Durante su ponencia Fernández se preguntó si era justo "que la fortuna de solo 10 hombres representen más que los ingresos del 40% de la población mundial".

En ese sentido, preguntó si es ético que la pandemia se haya cobrado cuatro veces más vidas en los países más pobres que en los ricos.

"No denunciar este modelo de acumulación que concentra el ingreso en pocos mientras millones quedan sumergidos en la pobreza, puede volvernos cómplices en la consolidación de tanta desigualdad", sentenció.

Fernández advirtió que el mundo debe aprender la lección o "se encaminará a situaciones de enfrentamiento cada vez mayores".

Al plantear la necesidad de un multilateralismo cooperativo que fortalezca el Estado de derecho, el mandatario aseguró que solo así se podrán "frenar varias de las amenazas que enfrenta la humanidad".

"Las injusticias que observamos solo se agravarán si las posiciones extremas se instalan, si las guerras se sostienen en el tiempo profundizando el hambre y si una inflación persistente termina por corroer los ingresos de los más débiles", dijo.

Con este planteamiento, el jefe de Estado argentino reclamó que se abandonen "las prácticas económicas y financieras que el mundo desarrollado exige cumplir al mundo que intenta desarrollarse".

"Sostener este presente, solo incrementará la pobreza y la marginalidad", advirtió.

En su discurso, Fernández también puso de relieve que "las naciones endeudadas padecen mucho más los efectos del sistema establecido".

"Argentina está entre ellas, por eso, quiero dar gracias a todos los Estados que nos apoyaron y nos apoyan en el complejo proceso de renegociación de nuestra deuda externa", dijo.

Más tarde, el gobernante argentino reclamó que se aúnen esfuerzos para retomar el diálogo a fin de que termine el conflicto en Ucrania y prevalezca la paz.

"Que cesen todas las hostilidades, imponer diálogo y recuperar la paz en la disputa iniciada con el avance militar de la Federación Rusa sobre el territorio de Ucrania", sostuvo.

Fernández dijo que la política de Estado de Argentina es "la solución pacífica de las controversias" y aseveró que es "es imperioso que cesen todas las hostilidades desatadas".

Además de abogar por la paz, el mandatario reclamó el fin de los bloqueos contra Cuba y Venezuela.

En otro tramo de su discurso, Fernández reclamó la cooperación de Irán para avanzar en la investigación del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de 1994, en el que resultaron asesinadas 85 personas.

"También instamos a la comunidad internacional, a que nos acompañen en nuestra lucha evitando recibir o cobijar a cualquiera de los imputados aun cuando gocen de inmunidad diplomática", dijo.

Al igual que lo han hecho otros presidentes argentinos, Fernández reiteró el reclamo por los derechos de soberanía de su país sobre las australes Islas Malvinas, ocupadas por Reino Unido desde 1833.

Este nación, que se niega a retomar el diálogo, "agravó la controversia por sus llamados a la explotación ilegal de los recursos naturales renovables y no renovables en el área", enfatizó el mandatario.

"También insiste con la injustificada y desmedida presencia militar en las Islas, que no hace más que traer tensión a una región caracterizada por ser una zona de paz y cooperación internacional", sostuvo.

En ese sentido, el presidente reclamó la intervención del secretario general de la ONU, António Guterres, para reanudar el diálogo con Reino Unido por la disputa de soberanía.

Asimismo, advirtió que el intento de asesinato de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, intentó alterar el sistema democrático vigente desde hace casi 40 años en el país.

El intento de magnicidio "buscó alterar la virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida", señaló.

Durante su discurso, Fernández agradeció la solidaridad que expresó la comunidad internacional al conocerse el hecho y advirtió que "quienes perpetraron semejantes acciones quebrantaron la paz pública y abrieron la puerta a enormes disputas sociales", con "pueblos enteros" que "sucumbieron detrás de estos profetas del odio".

Ante este fenómeno, el primer mandatario aseguró que "la violencia fascista que se disfraza de republicanismo" no conseguiría cambiar el amplio consenso que supone la democracia dentro de la sociedad argentina.

"Aprovechando la desazón que generó la pandemia [de COVID-19] y los efectos económicos de la guerra, los discursos extremistas y violentos proliferaron y encontraron tierra fértil para sembrar el sentimiento antipolítico en nuestras sociedades", sostuvo.

En ese sentido, Fernández advirtió del peligro de guardar silencio "ante semejante evidencia", pues puede conducir "a poner en crisis el mismo estado de Derecho".

Por ello pidió no resignarse y llamó a un gran rechazo global a quienes promueven las divisiones en las sociedades.

Esta es la primera vez que el actual presidente de Argentina interviene de manera presencial en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), pues en septiembre de 2021, su disertación se produjo por vía telemática.