El féretro de la monarca, ya reemplazada en el cargo por su hijo Carlos III, será trasladado del Parlamento británico, localizado en el Palacio de Westminster aledaño al río Támesis, a la Abadía de Westminster, donde se llevará a cabo un servicio religioso.
Más adelante, el cuerpo de Isabel II, fallecida el 8 de septiembre, será presentado en la Capilla de San Jorge, al interior del Castillo de Windsor, en un procedimiento acompañado de distintos jefes de Estado del mundo para despedir a la dirigente.
Al tratarse de una ceremonia oficial, el procedimiento es financiado con recursos públicos; sin embargo, las autoridades británicas no han detallado el monto necesario para organizar esta despedida protocolaria.
La prensa local ha hecho estimaciones sobre la base de ejemplos anteriores, como el funeral de la madre de la actual monarca homenajeada, quien falleció en 2002 y cuya ceremonia funeraria costó alrededor de 5,4 millones de libras (unos 6,22 millones de dólares).
En el caso de la princesa Diana, conocida popularmente como Lady Di y fallecida en un accidente automovilístico en 1997, su funeral costó alrededor de 5 millones de libras (cerca de 5,76 millones de dólares).
La reina Isabel II tuvo el mandato más prolongado de toda la historia de la Monarquía británica, destacó la familia real, con un reinado de más de 70 años sobre más de 2.000 millones de personas, tomando en cuenta a los países que integran la Commonwealth. La monarca trabajó al lado de 15 primeros ministros, el primero de los cuales fue Winston Churchill, en 1952.
Además, presidió más 110 visitas oficiales de presidentes y primeros ministros del mundo, de acuerdo con información oficial emitida por Londres.
Los gastos de la ceremonia funeraria de Isabel II se sumarán, además, a los de la coronación oficial de Carlos III, su heredero en el cargo y quien ya funge como jefe de Estado del Reino Unido.