El panorama en el parlamento (mayoritariamente blanco y masculino) podría cambiar tras las elecciones del 2 de octubre, ya que los indígenas brasileños están más organizados que nunca para dar el gran salto a la política institucional, sobre todo las mujeres.
"Ya no podemos seguir luchando desde fuera, tragando spray de pimienta, con pelotas de goma en las espaldas; la lucha también hay que hacerla en el el lugar del poder, en la toma de decisión, con el bolígrafo, que es el arma del siglo XXI", explica a la Agencia Sputnik Celia Xakriabá, candidata a diputada federal por el estado de Minas Gerais (sureste).
El Congreso Nacional que salió de las elecciones de 2018 es el más conservador de la historia reciente de Brasil y en él tienen un peso decisivo la vulgarmente llamada bancada BBB (en referencia a Buey, Bala y Biblia): representantes de los intereses del sector agrícola y ganadero, la industria de las armas y la seguridad o los religiosos, sobre todo evangélicos.
Todo ese grupo, difuminado en varios partidos, ha sido decisivo para sostener el Gobierno de Jair Bolsonaro. Ahora las indígenas se organizan para hacer un contrapeso y crear la "bancada del tocado", en referencia a los aderezos de plumas que suelen adornar sus cabezas. "El plan no es llegar solas", advierte Xakriabá, convencida de que serán varias las diputadas indígenas.
Aumento de candidaturas
Este año habrá 178 candidaturas indígenas, de las cuales 58 para la Cámara de Diputados, un récord histórico. En 2014, cuando empezó la autodeclaración racial de las candidaturas, fueron 84 en total, así que la cifra se ha más que duplicado. Los candidatos indígenas han pasado del 0,32% al 0,62% de los candidatos que se presentan a estas elecciones.
Desde la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), la entidad que aglutina a todas las organizaciones indígenas del país, valoran positivamente el crecimiento, pero alertan de que no basta con considerarse indígena, hay que mostrar un compromiso con la agenda de los pueblos originarios.
La mayoría de candidaturas que realmente provienen del movimiento indígena y ambientalista están en partidos de izquierda, sobre todo en el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), al que pertenece Xakriabá, y Rede. La más conocida es Sonia Guajajara, que en 2018 fue candidata a vicepresidente y ahora se presenta a diputada federal por Sao Paulo.
Xakriabá explica que su prioridad número uno como diputada será "redemocratizar la tierra" y luchar para que se haga efectiva la demarcación de los territorios indígenas (el proceso según el cual el Estado reconoce que la propiedad de un territorio corresponde a un pueblo originario determinado). Durante el Gobierno Bolsonaro todos esos procesos administrativos fueron bloqueados.
Lula y Bolsonaro
Bolsonaro también intentó legalizar la minería dentro de los territorios indígenas y bajo su mandato la deforestación de la Amazonía batió récords. Por eso, Xakriabá muestra un cauto optimismo ante la posibilidad de que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) vuelva al poder, como vaticinan todas las encuestas.
"En estos cuatro años de ausencia [de Gobierno] nosotros los indígenas hemos sido los verdaderos ministros de Medio Ambiente, por eso ahora tenemos que hacer historia y votar por la bancada de la Tierra", apunta la candidata, reforzando que las promesas de un eventual Gobierno Lula quedarán en nada si no hay un parlamento más progresista y con conciencia ambiental.
De momento, Lula prometió fortalecer la Fundación Nacional del Indio (Funai), el órgano estatal que vela por las cuestiones indígenas, y crear un Ministerio de los Pueblos Originarios con un indígena al frente.
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estos enlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
También tenemos una cuenta en la red social rusa VK.