A pesar de que caminaban con banderas blancas —como símbolo de su carácter pacifista— y que muchas mujeres cargaban a sus pequeños hijos en aguayos, la movilización concluyó intempestivamente, con la toma y quema de la sede de la organización que rechazan, situada en el barrio de Villa El Carmen.
Varias personas resultaron heridas en los enfrentamientos. Hasta la noche del 8 de septiembre, la dirigencia de los marchistas esperaba una invitación para reunirse con autoridades del Gobierno de Luis Arce. Le exigen que elimine a la organización paralela, creada —según los cocaleros— por el Ejecutivo.
La movilización de los cocaleros partió el pasado 4 de septiembre de la población de Chulumani, en Yungas, departamento de La Paz. Caminaron 115 kilómetros hasta llegar a la ciudad con la intención de terminar con seis semanas de conflictos callejeros entre ambos bandos de Adepcoca.
El Gobierno nacional les aconsejó reunirse, dialogar y llegar a un acuerdo. Pero los cocaleros liderados por Freddy Machicado se niegan a negociar con el sector de Arnold Alanes, porque consideran que responde exclusivamente al Gobierno.
"Esta es la voluntad, la fuerza y el compromiso del socio productor. Esta lucha no es de hoy, ni es en contra del Gobierno. Es en contra de cualquier Gobierno que se entrometa en nuestra institución", dijo Machicado mientras marchaban con la intención de hacerse escuchar por las autoridades nacionales.
"Quieren hacer creer a la sociedad que acá hay un conflicto interno, cuando ellos meten sus narices y traen a la Policía. Salen todavía a decir que la solución consistiría en hacer nuevas elecciones", agregó.
Y advirtió: "Acá no hay una estrategia. Es la voluntad y la fuerza de nuestros hermanos socios, que hoy van a tomar la iniciativa".
Marchaban con banderas blancas y bolivianas. "Las blancas son para que los vecinos sepan que no venimos a cometer desmanes. Venimos en son de paz", comentó un marchista a Sputnik.
Las últimas semanas de peleas callejeras, con detonación de dinamitas incluidas, causaron angustia a las familias de barrios como Villa El Carmen y Villa Fátima.
También marchaban mujeres con sus bebés en aguayos, lo cual no hacía pensar el desenlace que tendría la movilización más adelante.
Durante el trayecto, algunos marchistas hostigaban a medios de prensa que consideraban afines al Gobierno. Los acusaban de "infiltrados". Al llegar ante las puertas del mercado del sector de Alanes, los insultos se convirtieron en agresiones físicas hacia varios comunicadores.
Negociación en espera
Para miles de cocaleros provenientes de Yungas fue sencillo sobrepasar la custodia policial e ingresar a la sede paralela. Agredieron a quienes estaban adentro, saquearon y echaron fuego a la institución que no reconocen.
Desde entonces esperan negociar con el Gobierno de Arce. Pero en el Palacio Quemado analizan qué postura tomar. Porque el modo violento de actuar de la Adepcoca habría debilitado su imagen ante la sociedad paceña.
"Estamos pidiendo lo que es legal: respeto a nuestro mercado de la hoja de coca. Por sexta semana pedimos al Gobierno el cierre de ese puesto de coca ilegal", dijo a Sputnik una líder marchista que no quiso dar su nombre, pero aseguró que es del Consejo de Federaciones Campesinos de los Yungas (Cofecay).
Sostuvo que la ley boliviana "reconoce que tenemos producción originaria ancestral de la hoja de coca. Pero este Gobierno quiere legalizar zonas rojas con las cuales no estamos de acuerdo, porque afectan a nuestra economía. Quieren narcotizar a toda nuestra Bolivia".
La propuesta de los cocaleros no admite la existencia del segundo mercado. Y sumaron otro pedido: la destitución del ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Remmy Gonzáles.
Paulino Durán, de Adepcoca Coripata, comentó a Sputnik que la Constitución reconoce a los de Yungas como una área de producción ancestral de la hoja de coca. "El Estado debería proteger a la coca originaria ancestral, pero en cambio protege a la del Chapare (en el Trópico de Cochabamba), que no está reconocida en la Constitución".
Sin condiciones para el diálogo
Horas antes de la llegada de esta movilización a La Paz, el ministro Gonzáles intentó acercarse a dialogar. Pero se retiró porque no había condiciones de seguridad para reunirse.
Según Machicado, "el objetivo del Gobierno es enfriar este movimiento. Ellos nos han subestimado por mucho tiempo, mientras tenían la oportunidad de responder a nuestras demandas. Hemos tenido paciencia", dijo el líder de Adepcoca a Sputnik.
"Ahora que nuestros 45.000 socios se han movilizado, supuestamente buscan diálogo con los dirigentes. Pero esta iniciativa es de nuestras bases. Nosotros hemos quedado en un segundo plano", se excusó.
Y pidió "a las autoridades del Gobierno que sean más serias, que se ordenen. Estamos para hacer cumplir la ley. Si el Gobierno no ha tenido voluntad de cerrar este puesto clandestino de venta de coca, nuestros socios van a hacerlo cerrar".
Luego de la toma del mercado de Alanes, ocho policías fueron hospitalizados por los golpes recibidos. Un grupo indeterminado de cocaleros del bando de Alanes también resultaron heridos durante la toma, que se realizó con palos y con estallidos de explosivos utilizados en la actividad minera.
Varios medios de comunicación recibieron agresiones con la excusa de que no podían filmar lo que allí ocurría. Más tarde, algunos dirigentes se comprometieron "a hablar" con sus socios para que no repitan este tipo de acciones violentas contra las y los trabajadores de prensa.
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estos enlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
También tenemos una cuenta en la red social rusa VK.