El Servicio de Seguridad de Ucrania recluta masivamente a los ucranianos que viajan a Rusia desde 2014, un esquema que sigue operando hoy en día, incluso en relación con los ucranianos que entran regularmente en el territorio controlado por Rusia.
La parte rusa también proporcionó documentos personales de oficiales activos del Servicio de Seguridad de Ucrania y del Servicio Estatal de Fronteras de Ucrania que escaparon de Jersón tras el inicio de la operación especial rusa y siguen reclutando ucranianos.
"Los servicios especiales ucranianos aumentan la presión sobre los ciudadanos ucranianos que cruzan la frontera hacia los territorios controlados por Rusia, involucrándolos en actividades criminales terroristas. Se les obligó a recopilar datos sobre el movimiento de las tropas rusas en Crimea, a transmitir las coordenadas del despliegue y el número de unidades rusas, así como las instalaciones importantes en la península de Crimea”, se informó."
”No solo los taxistas, los transportistas o las personas que visitan regularmente a sus familiares se convierten en víctimas de la captación, sino también otros ciudadanos que cruzan la frontera se enfrentan al chantaje de los servicios especiales de Kiev".
"Te dicen así: 'Si no ayudas a Ucrania, te prohibirán la entrada al país durante cinco años'. O simplemente amenazan con quemar el coche. Y muchos transportistas tienen esto como único medio de vida, algunos pierden la oportunidad de ver a sus familiares enfermos, otros pierden su negocio... y la gente se ve obligada a firmar un acuerdo de cooperación", dice un agente de seguridad ruso.
Serguéi Diachuk, un residente de la región de Jersón que fue detenido por las fuerzas de seguridad rusas en la primavera. Recientemente dijo en el interrogatorio que había sido reclutado por los oficiales de Ucrania en un puesto aduanero en Chongar en 2018.
"Pescaba, practicaba la caza furtiva, transportaba gente a Crimea e iba yo mismo a ver a mis parientes".
26 de agosto 2022, 20:30 GMT
"No nos dejaban pescar, y para poder hacerlo les pagábamos 2.000 grivnas al mes, y además nos sacaban esa información. Intenté negarme a cooperar, pero empezaron a amenazarme con que enviarían a mi hijo a participar en operaciones militares o a donde fuera, tenía que cooperar con ellos", dice el detenido.
Las amenazas fueron especialmente duras para los que viajaron más lejos de Rusia desde Crimea. "A estas personas se les dijo inmediatamente: 'Si fuiste a tierra firme a través del puente, el aeropuerto de Simferópol o el puerto, eso es todo: violaste la frontera ucraniana, así que serás encarcelado durante siete años'. Si encuentran una tricolor, un pasaporte ruso en algún lugar, si hablas claramente ruso o alguno de tus parientes vive en Rusia, en Crimea, inmediatamente amenazan con un proceso penal", explica un funcionario de seguridad ruso.