Polonia acometió ese trabajo en enero, en medio de la crisis migratoria. Se suponía que el cercado tendría un largo de 186 kilómetros y una altura de cinco metros y costaría al país 1.600 millones de zloty (cerca de 400 millones de dólares). También se preveía montar cámaras de visión nocturna y detectores de movimiento.
"Empieza el verano, y la valla está lista, como prometimos", dijo Morawiecki.
De no existir la valla, la complicada situación migratoria podría distraer a Polonia de la prestación de ayuda a Ucrania, agregó.
"Gracias a una política perspicaz podemos reconcentrarnos hoy en lo que es la máxima prioridad nuestra y europea, en la ayuda a la Ucrania combatiente", subrayó.
El jefe de la Guardia Fronteriza polaca, Tomasz Praga, a su vez comunicó que para la construcción de la valla se necesitaron 49.000 toneladas de acero e informó que actualmente se montan los sistemas de seguridad electrónicos, incluidas 2.500 cámaras de vídeo.

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