Madrid fue testigo de un error más del mandatario estadounidense, quien confundió a Suecia, país que desea formar parte de la alianza, con Suiza, país que ni siquiera pertenece a la organización.
Tras anunciar que Washington seguirá participando activamente en el conflicto en Ucrania, Biden reiteró sus deseos de que las tropas de la OTAN sigan expandiéndose por el mundo.
"Hablamos por teléfono y sugirió que llamáramos al líder de, eh, de Suiza. ¡Suiza! Dios mío, dios mío. ¡Me estoy poniendo muy ansioso aquí por la expansión de la OTAN! De Suecia, quiero decir", corrigió rápidamente el presidente de Estados Unidos.
Previamente, Biden dio a conocer a sus aliados de la OTAN que su país prepara un nuevo paquete de ayuda militar para Kiev por 800 millones de dólares, el cual incluye sistemas aéreos de defensa y artillería pesada. "La guerra no terminará con un triunfo de Rusia sobre Ucrania", advirtió el líder demócrata.
Las declaraciones de Joe Biden suceden en medio de la próxima adhesión de Suecia y Finlandia como Estados miembros de la OTAN, algo que sólo era impedido por Turquía, que ya ha levantado su veto en contra de estas dos naciones. El protocolo de integración de Suecia y Finlandia a la organización se firmará el 5 de julio, según dijo Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza Atlántica.
El 29 de junio, el presidente ruso Vladímir Putin advirtió que responderá enérgicamente a un despliegue militar de la OTAN en los dos nuevos países escandinavos que desean sumarse.
"No tenemos nada de qué preocuparnos en cuanto a la membresía de Finlandia o Suecia en la OTAN [...]. Solo debemos tener claro y comprender bien que si antes no había amenaza, en caso de despliegue de fuerzas e infraestructuras militares, tendremos que responder simétricamente y crear las mismas amenazas en los territorios desde donde nos amenazan", dijo Putin.