"Las violaciones sistémicas de los derechos humanos y la impunidad de esos crímenes han sumido a Bielorrusia en un clima de arbitrariedad y miedo", dijo la experta al presentar su reporte anual al Consejo de Derechos Humanos.
Marin citó como ejemplo el referéndum sobre las enmiendas a la Constitución bielorrusa celebrado el 27 de febrero de 2022, que, en su opinión, no fue abierto ni transparente debido a unas graves violaciones de la votación.
"La reforma iniciada a través de este referéndum equivale al reforzamiento y la sistematización de los obstáculos al ejercicio de los derechos humanos por los ciudadanos bielorrusos", indicó la experta, recordando que se restringieron, entre otros, los derechos a una reunión pacífica y la libertad de expresión.
Además, las enmiendas al Código Penal bielorruso ampliaron la lista de crímenes que se castigan con la pena de muerte, entre los que incluye "planificación" o "tentativa" de actos terroristas, añadió Marin, expresando su preocupación por la interpretación de estas definiciones vagas.
"La reducción del espacio cívico se está acelerando de una manera sin precedentes como resultado de una política sistemática y deliberada para erradicar cualquier reto real o percibido al Gobierno actual", lamentó.
En este contexto, la relatora especial de la ONU llamó a las autoridades bielorrusas a poner fin de inmediato a las violaciones de los derechos humanos de sus ciudadanos, y a la comunidad internacional, a extender el apoyo y la protección de los DDHH de los bielorrusos obligados a abandonar su país por restricciones.
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