Una de las trabajadoras, que habló en condición de anonimato, explicó que Guimaraes pedía abrazos en contextos humillantes y que "dejaba escapar la mano para tocar los senos".
Otra de ellas explicó que fue invitada a una cena con otros compañeros de trabajo a su casa, pero que en un momento dado Guimaraes pidió que fuera al cuarto a por un cargador de celular y allí estaba él vestido de manera muy informal, en calzoncillos.
"Yo lo considero un asedio, fue en más de una ocasión (…) me sentí muy invadida, lo vi como una falta de respeto como mujer y como alguien que estaba allí para hacer un trabajo", afirmó.
Las denuncias contra el presidente de la Caixa son investigadas por el Ministerio Público Federal bajo secreto de sumario.
Este 29 de junio, al conocerse las denuncias, decenas de trabajadoras de la entidad protestaron de forma espontánea frente a la sede central en Brasilia, pidiendo la salida de Guimarães.
Según la prensa local, el Gobierno ya definió que Guimarães dejará el cargo, pero aún no está claro si dimitirá o si será destituido.
Guimarães tiene una relación muy próxima con el presidente, Jair Bolsonaro, suele acompañarle en viajes y en las habituales retransmisiones en directo por internet. Incluso en algún momento sonó como posible candidato a vicepresidente en fórmula con el actual mandatario.
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