"Aquí en Vaca Muerta tenemos gas para 200 años", dijo el presidente argentino, Alberto Fernández, en abril de 2022, cuando el Gobierno argentino anunció la primera etapa de la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, una de las obras clave de su gestión y que es vista como de importancia estratégica para el abastecimiento energético argentino e incluso de la región.
En momentos en que las sanciones económicas impuestas a Rusia complejizan el mercado mundial del gas, Argentina apuesta al yacimiento Vaca Muerta, ubicado principalmente en la provincia de Neuquén, capaz de abastecer la demanda argentina de gas natural y evitar las importaciones del combustible desde el exterior.
7 de junio 2022, 21:02 GMT
Con ese objetivo, el Gobierno de Fernández había lanzado en 2020 el Plan Gas.Ar, que prevé la generación de 30.804 millones de metros cúbicos de gas en cuatro años, lo que permitiría a Argentina ahorrar 9.724 millones de dólares en importaciones.
Pero para concretar el plan, Argentina no solo debe tener la capacidad para producir el gas sino también distribuirlo hacia las zonas del país que lo necesitan. En su discurso en abril, Alberto Fernández hizo hincapié en eso: "Necesitamos distribuir el gas a lo largo de toda la Argentina, para que crezca federalmente. Necesitamos llevar el gas a cada rincón, para que allí se puedan establecer industrias que puedan producir y darle oportunidades a quienes viven en la Argentina, tanto en el centro como en el norte y en el sur".
En efecto, el Gasoducto Néstor Kirchner fue planeado para transportar el gas producido en Vaca Muerta hacia el oeste y norte de la provincia de Buenos Aires, dos de las zonas más pobladas del país y que actualmente se abastecen gracias a la importación de Gas Natural Licuado (GNL) y regasificación en terminales de la provincia.
La primera etapa del proyecto incluirá la construcción del gasoducto, que tendrá unos 558 kilómetros de extensión, un diámetro de 36 pulgadas y conectará el parque industrial Tratayen, en Vaca Muerta, con la ciudad de Salliqueló, en el oeste de la provincia de Buenos Aires.
Una vez allí, el Kirchner se conectará con el gasoducto Neuba II, construido en 1998 y que alcanza a las localidades del norte bonaerense.
En su etapa II, el proyecto Néstor Kirchner prevé extender el gasoducto unos 467 kilómetros más, lo que permitirá llevar el gas desde Vaca Muerta hasta la localidad de San Jerónimo, en el sur de la provincia de Santa Fe, y en el litoral argentino, fundamentalmente las provincias de Entre Ríos y Corrientes.
De acuerdo al cronograma previsto por el Gobierno argentino, la primera etapa del gasoducto estará lista para el invierno de 2024. Para ese entonces, el gasoducto Kirchner tendrá una capacidad de transporte de gas de 22 millones de metros cúbicos por día.
La segunda etapa agregará 17 millones de metros cúbicos diarios al gasoducto y, además de alcanzar al litoral argentino, podría permitir a Argentina exportar el gas hacia países vecinos como Brasil, Uruguay y Chile.
28 de agosto 2021, 00:00 GMT
Según el Gobierno argentino, las dos etapas del proyecto requerirán una inversión de 3.400 millones de dólares. Durante su construcción se crearán 1.500 puestos de trabajo directos y otros 1.500 indirectos y, según está previsto, en pleno funcionamiento generará otros 6.000 empleos directos y otro tanto indirectos.
El 3 de junio, el Gobierno argentino lanzó la licitación para la construcción del gasoducto. La apertura del llamado llega luego de la polémica por la divulgación desde fuentes del Gobierno argentino de supuestas facilidades para que las tuberías utilizadas fueran provistas por la empresa Techint. La denuncia motivó que el presidente Fernández pidiera la renuncia del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, debido a que la denuncia provino presuntamente de su entorno.