El accidente ocurrió justo al haber pasado por la piscina en la sección final de la famosa marina, cuando perdió el control por el asfalto mojado y derrapó fuera de control en la vuelta 28.
De hecho, el impacto fue tan fuerte que los demás pilotos al ver cómo había quedado del bólido del equipo Haas preguntaron por la radio si el hijo del siete veces campeón del mundo estaba bien. Los organizadores tuvieron que izar la bandera roja para quitar de la pista los restos del auto y reparar la valla protectora.
Afortunadamente, Mick Schumacher parece no haber sufrido lesiones graves, pues salió de lo que antes era un bólido por su propia cuenta y se dirigió a un centro médico para un chequeo.
Por desgracia para el equipo, el compañero de Schumacher, Kevin Magnussen, también tuvo que retirarse de la carrera, aunque fue de una manera mucho menos dramática: sufrió una avería en el sistema de agua y salió de la pista poco antes del accidente.