Se trata de una vasija hallada al interior de una construcción habitacional prehispánica ubicada cerca del pueblo de Maxcanú.
A través de un comunicado de prensa, el INAH explicó que la pieza está dedicada a un noble llamado Cholom, un integrante de la élite de la ciudad de Oxkintok y cuyo nombre podría traducirse como 'aquel que desata'.
La vasija se une a otra pieza, también hallada en el tramo 3 del Tren Maya, y la cual fue denominada como vaso de sajal, sólo que en esta nueva pieza se lee el nombre de una persona, según la investigación a cargo as investigadoras encargadas de descifrar los jeroglíficos fueron Iliana Ancona Aragón y Sylviane Boucher Le Landais.
La traducción de lo que dice la vasija fue realizada por el arqueólogo Ricardo Mateo Canul y dice lo siguiente: "El señor dice, en su superficie, ha sido tallado, en su tazón o cajete, en su vaso, para atole, de Cholom, el sajal".
"El sajal es quien transmite. No eran gobernantes, pero sí nobles educados para poder escribir y leer los glifos, así como para comunicar en voz alta las órdenes del ajaw o gobernante", explica Ancona Aragón.
Ambas piezas datan del periodo Clásico Tardío (600-800 D.C.) y corresponden a otras piezas que también se han identificado como parte del glifo nominal Cholom y las cuales se resguardan en el Museo Regional de Antropología de Yucatán, Palacio Cantón.
La tipología de las vasijas se ha hallado en el norte y occidental de Yucatán y las cuales incluso pueden tener escenas iconográficas, "por lo general una frase dedicatoria que describe al objeto, menciona a su propietario y su posible contenido".
En total, durante la construcción del Tren Maya se han hallado 40 objetos completos y más de 80.000 fragmentos de vasijas las cuales son resguardadas y analizadas por el equipo de investigadores Sara Dzul Góngora, Mildred Martínez Garrido, Shirley Beltrán Chay, Mónico Camargo Tamayo, Alma Martínez Dávila y Fernando Alemán Toscano.