"En la democracia, el pueblo pone y el pueblo quita", dijo el entonces candidato a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador durante un evento en Chihuahua, en abril de 2018. Y lo cumplió, pues a pesar de que la consulta no era apoyada por la oposición y su proceso incluso derivó en un arduo enfrentamiento entre el Gobierno y el Instituto Nacional Electoral, la consulta se realizará.
¿López Obrador gana o pierde con este proceso? ¿Cuál es el peligro para el presidente? ¿Qué papel jugó el INE en todo esto? Sputnik te cuenta.
Lo bueno: una consulta histórica
Se trata del primer ejercicio democrático en su tipo, pues nunca antes los mexicanos habían podido votar por sacar, a mitad del sexenio, al gobernante en turno. La oportunidad se da tras la publicación de Ley Federal de Revocación de Mandato que entró en vigor en septiembre pasado, una iniciativa impulsada desde el Gobierno federal a cargo de López Obrador, quien prometió el proceso como parte de su plataforma de campaña rumbo a las elecciones presidenciales de 2018.
De acuerdo con el Gobierno de México, lo que se busca con este ejercicio es echar a andar un mecanismo para que el pueblo mexicano no tenga que someterse a gobiernos con los que no estén conformes por un periodo inamovible de seis años.
"No debe de soportarse a una mala autoridad, Si se elige a un presidente por seis años y a los dos, tres años hay evidencias de que no sirvió, ¿por qué aguantarlo todo el periodo?", explicó el presidente en 2019.
En los últimos 20 años de su carrera política, el hoy presidente de México ha realizado al menos 10 consultas populares sobre diversos temas que van desde la implementación del horario de verano hasta obras emblemáticas de infraestructura como en Tren Maya.
Lo malo: la posible derrota política de AMLO
De acuerdo con el politólogo y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México Hugo Garciamarín, lo que realmente está en juego en la consulta de revocación de mandato no es la permanencia de López Obrador en el poder, sino la capacidad de movilización política de Morena, el partido del presidente.
En entrevista con Sputnik, el experto asegura que aunque López Obrador podría sacar "raja" comunicacionalmente de la revocación al verse favorecido con el voto a favor de que continúe en la Presidencia, lo cierto es que si hay una participación menor a 10 millones de personas podría considerarse como una derrota política, pues quedaría al descubierto la debilidad de las bases de Morena.
"Se consideraría como una derrota", indica Garciamarín. "Lo que vamos a ver es qué tan bien está aceitada la maquinaria de Morena".
Con el coincide el politólogo César Morales Oyarvide, egresado de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Chicago, quien asevera que la incertidumbre no gira en torno a que López Obrador siga o no al frente de México, sino del nivel de participación que tenga la consulta.
"Es una victoria segura para el presidente, pero la duda es que esta victoria pueda venderse como tal", indica. "Hay un problema de fondo porque si no hay un apoyo del obradorismo en masa eso querrá decir que no se sintieron motivados a participar".
Lo feo: la eterna pelea con el INE
La consulta de revocación de mandato generó un conflicto entre el Instituto Nacional Electoral (INE), órgano autónomo encargado de la realización de la consulta, y el Gobierno de México.
Las diferencias comenzaron luego de que el Gobierno decidiera reducir en 25 millones de dólares el presupuesto para la realización de la consulta. Ante ello, el INE solicitó un aumento de recursos, mismo que fue rechazado y en lugar de ello, autoridades presentaron un plan de austeridad para el instituto.
Las autoridades electorales calificaron esto como una ofensa y solicitaron frenar la consulta, algo que les fue negado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ente que le ordenó realizar el ejercicio con los recursos disponibles.
A lo largo del proceso de la consulta, el INE emitió 26 medidas cautelares contra 19 servidores públicos, entre ellos López Obrador, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el titular de Gobernación, Adán Augusto López, entre otros.
El pleito en el que se enfrascaron el INE, principalmente su consejero presidente Lorenzo Córdova y el integrante Ciro Murayama, y el Gobierno mexicano, el cual incluso a puesto en la mesa la posible federalización del ente a través de una reforma electoral-
De acuerdo con Hugo Garcimarín, el INE se ha posicionado como un contrapeso al Gobierno aunque no debería hacerlo a pesar de que no deberían. El golpe más bajo del INE a la consulta, señala, fue la reducción de las casillas, pues serán poco más de 57,500 para más de 92 millones de posibles votantes.
"Políticamente sí logran meterle un tallón a la 4T, aunque en el discurso se hacen los perdedores", indica el politólogo, quien agrega que el INE como institución ha cumplido cabalmente con sus obligaciones; sin embargo, tanto Córdova como Murayama han usado como plataforma al ente.
"Si [Córdova y Murayama] quieren posicionarse como opositores, deben hacerlo fuera de la institución", agrega.
César Morales Oyarvide indica que ambos consejeros parecen abocados a hacer política de oposición, pues han llamado abiertamente a no participar en el proceso, además de sus reuniones con opositores.
"Yo siento que eso sí debilita a la institución. Este posicionamiento y también este protagonismo de ambos consejeros", señala. "Aunque evidentemente no estamos hablando de toda la institución".