El vicecanciller de Bolivia, Freddy Mamani, conversó con Sputnik sobre diversos temas que hacen al trabajo de la Cancillería en estos días. Analizó el discurso del presidente, Luis Arce, por el Día del Mar y se refirió al diferendo con Chile por las aguas del Silala, motivo por el cual nuevamente se enfrentarán ambos países en la Corte Internacional de Justicia y dejó claro la posición de su Gobierno frente al conflicto bélico que involucra a Rusia, Ucrania, Estados Unidos y los países de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Bolivia insiste en su derecho a la salida al mar ante el Gobierno de Boric
El acto por el Día del Mar, el 23 de marzo en la ciudad de La Paz, sirvió para que el presidente boliviano mantuviera un diálogo a la distancia con el recién asumido Gabriel Boric. En su discurso, Arce llamó al Gobierno chileno a devolver al Estado Plurinacional una salida soberana al océano Pacífico, al cual no puede acceder desde hace 143 años.
Además, Arce aclaró que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países (cortadas en 1978) requiere que primero se encuentre una solución al largo enclaustramiento que sufre Bolivia y que afecta a su economía. Según el presidente, cada año que el Estado Plurinacional no tiene acceso al mar representa una pérdida del 1% de su Producto Bruto Interno (PBI).
24 de marzo 2022, 00:18 GMT
El vicecanciller citó de memoria el artículo 267 de la Constitución, donde dice que "el Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano Pacífico y su espacio marítimo".
En este sentido, Mamani consideró que "ayer [Día del Mar] nuestro presidente ha reflejado esta realidad".
"Proclamamos la paz y el diálogo" en Ucrania
"Nosotros tenemos una posición absolutamente clara. Proclamamos la paz, el diálogo, la negociación diplomática. Creo que son estos los canales en los cuales las partes deben centrarse", sostuvo el vicecanciller sobre el conflicto en Ucrania.
El 2 de marzo, en la Asamblea General de las Naciones Unidas se votó por la retirada de las tropas rusas de territorio ucraniano. De América Latina, Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua se abstuvieron mientras que Venezuela no participó. En la votación del Consejo de Derechos Humanos Bolivia volvió a abstenerse junto con Venezuela y Cuba.
Al respecto, Mamani consideró: "Es importante mencionar que las últimas resoluciones que se han generado, tanto en la Asamblea General de la ONU como en su Consejo de Derechos Humanos, condenan solamente a una parte. Y aquí son varios los actores", entre los cuales mencionó a EEUU, los países de la OTAN y la Unión Europea (UE).
Para el vicecanciller, las sanciones impuestas exclusivamente a Rusia "no ayudan en absoluto a la solución de esta crisis".
Y afirmó: "Antes de proveer armamento, como han hecho muchos países, debe primar el diálogo, la negociación diplomática en el marco de la carta de las Naciones Unidas. Ese es el principio elemental que hemos trabajado y hemos compartido con los países de la UE acreditados en Bolivia".
Mamani también se refirió a la censura que medios vinculados al Estado de Rusia, como Sputnik y RT, padecen en varios países del autodenominado "mundo libre".
"Es condenable. Muchos países occidentales se jactan de respetar la libertad de expresión, la libertad de prensa, pero en estas situaciones solamente quieren ver una parte, para que la gente a nivel global no esté informada", evaluó el vicecanciller.
"La gente, la población y nosotros vemos que hay el doble rasero de siempre. Para ciertos temas se respeta el derecho a la libertad de información y el derecho a la libertad de prensa, pero en estos casos no es así. Es condenable desde todo punto de vista del derecho internacional", sostuvo.
La salida al mar, una bandera histórica frente a Chile
En 2018, un fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) determinó que Chile no estaba obligado a negociar una salida al mar para Bolivia, tal como solicitaba el país afectado. Sin embargo, en el Gobierno boliviano creen que el tema aún está abierto a debate.
Cuando asumió el pasado 11 de marzo, Boric mantuvo una reunión con Arce, al cabo de la cual "instruyeron a los equipos técnicos de las cancillerías a trabajar la agenda sobre temas sensibles en común. Nuestro presidente colocó el tema de la reivindicación marítima. El presidente de Chile mencionó la reposición de embajadores".
Por eso Arce envió una respuesta pública y remota al afirmar que no habría los respectivos embajadores mientras no se toque el tema del mar.
En Chile la réplica no tardó en llegar. La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Ximena Fuentes, interpretó las palabras de Arce "como un cambio de tono y, de hecho, no es la primera vez que hay un cambio de tono en Bolivia. Así creo que Chile está acostumbrado a los cambios de tono", dijo en una entrevista con la CNN.
"Lo tomamos como eso. Dentro de la política, a veces se dicen cosas y después los propios países, los propios que las pronuncian, se arrepienten, pero es parte de la política", evaluó Mamani y aseguró que el diálogo con Bolivia continuará tal como se acordó el pasado 11 de marzo.
La diplomacia de los pueblos
Consciente de que la puerta con Boric no está tan abierta, Arce dejó entrever que se fortalecerá el vínculo entre las organizaciones sociales de ambos países, como una manera de fomentar los grandes diálogos necesarios entre sus Gobiernos. Le llaman "la diplomacia de los pueblos".
"En los últimos 14 años [de Gobierno del Movimiento Al Socialismo] hemos establecido contacto con los pueblos aymaras y quechuas del norte de Chile, donde era territorio boliviano hasta 1879. Hemos trabajado en propuestas, como la de los municipios aymaras sin fronteras", comentó Mamani. Se mostró confiado en que este avance pueda redundar en buenos frutos para la política exterior boliviana.
"No solamente tiene que ser una negociación a nivel diplomático entre dos países. También puede haber la participación de los pueblos indígenas quechuas y aymaras del norte de Chile, que en algunos casos son de padres bolivianos y madres chilenas, o al revés", dijo el vicecanciller.
Esta conexión "siempre ha existido en la frontera. Creo que es un componente importante para trabajar, en el marco de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas". Según este texto, se puede interpretar que los indígenas del lado boliviano tienen derecho a gozar del acceso ancestral a su mar.
El caso de las aguas del Silala
El acceso soberano al mar no es el único tema que distancia a Chile y Bolivia. A principios de 1900, las autoridades del departamento de Potosí (suroeste) acordaron entregar las aguas del manantial del Silala —en la frontera entre ambos países— a una compañía de ferrocarriles de capitales anglo-chilenos.
Se construyeron una serie de canales para llevar el agua del manantial hacia el lado chileno, pero el contrato no se cumplió. Porque —según denuncia Bolivia— el líquido que tenía que servir para mover a las locomotoras fue comercializado por la empresa ferroviaria. Por ello, el Estado Plurinacional exige que se le abone la suma pertinente por más de un siglo de usufructo del Silala.
En cambio, el Estado chileno afirma que esas aguas provienen de un río compartido por ambos países, entonces legalmente pueden explotarlo.
En abril próximo un equipo de juristas de Bolivia viajará a La Haya, Holanda, para presentar sus argumentos ante la CIJ.
"Bolivia ha realizado una investigación científica sobre los manantiales en la frontera en nuestro territorio. También Chile ha investigado. En ese sentido, va a haber un intercambio de preguntas y de información para avalar la parte científica ante la CIJ", explicó Mamani.
La resolución de la CIJ sobre este tema podría presentarse de aquí a seis meses, calculan en el Gobierno de Arce.
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