"España era un espectador en la cuestión del Sáhara, estaba a la espera de ver qué hacían los otros, ahora España quiere ser un actor", dijo Albares durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.
El jefe de la diplomacia española pronunció estas palabras al ser preguntado por el reciente giro de la postura española tras la decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de apoyar el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara Occidental.
Dicho plan propone que el Sáhara Occidental permanezca en la órbita de Marruecos como una "región autónoma". Es decir, con cesiones en ciertas competencias, permitiendo que cuente con sus propios órganos económicos, administrativos e incluso políticos, pero siempre bajo soberanía marroquí.
Con el respaldo a esta propuesta, España abandona su tradicional postura de neutralidad respecto al Sáhara Occidental, consistente en instar a las partes a encontrar una solución negociada en el marco de las resoluciones aprobadas por Naciones Unidas, pero sin adherirse a ninguna de las hojas de ruta planteadas por los implicados.
Durante la sesión de este 23 de marzo en el Congreso, representantes de varios partidos pidieron explicaciones a Albares por este giro. Valentina Martínez, diputada del Partido Popular —la primera fuerza de la oposición— afirmó que se trata "del mayor cambio en nuestra política exterior en 47 años de democracia".
En su turno de respuesta el canciller negó incluso que se haya producido un cambio de postura porque "España lo que tenía antes era una no postura". Sin embargo, insistió en la idea de que "España tiene que dejar de ser un espectador" e implicarse más activamente en apoyar la labor del enviado especial de Naciones Unidas para "desencallar" el conflicto y encontrar "una solución mutuamente aceptable".
"Nueva etapa" de relaciones con Marruecos
Albares declaró también que viajará el 1 de abril a Marruecos para escenificar la puesta en marcha de la "nueva etapa" en las relaciones bilaterales tras la decisión de Madrid de apoyar el plan de autonomía propuesto por Rabat para solucionar el conflicto del Sáhara Occidental.
"Viajaré oficialmente a Rabat el próximo 1 de abril, y en el orden del día que estamos actualmente perfilando, está la normalización completa de las conexiones con España", dijo Albares en una comparecencia ante el Congreso de los Diputados.
Albares celebró "el comienzo de una nueva etapa" en las relaciones con Marruecos, enormemente erosionadas tras la decisión de España de acoger al líder del Frente Polisario en abril de 2021 para tratarse la COVID-19.
En respuesta a esa decisión, Marruecos retiró a su embajadora en Madrid y realizó movimientos como dejar de vigilar su lado del vallado fronterizo con los enclaves de Ceuta y Melilla, permitiendo la entrada a suelo español de casi 10.000 migrantes en apenas tres días, entre el 18 y 20 de mayo de 2021.
La tensión diplomática hizo también que se alargara de forma injustificada el cierre de conexiones terrestres, marítimas y aéreas entre ambos países, que habían sido limitadas previamente en el marco de las medidas restrictivas por la pandemia de COVID-19.
Tras el cambio de postura de España sobre el Sáhara Occidental, Marruecos decidió reponer a su embajadora en Madrid, evidenciando una vuelta al diálogo que permitirá abordar los temas pendientes en la agenda bilateral.
En su comparecencia ante el congreso, el canciller español afirmó que "los lazos humanos, de seguridad y económicos entre los dos países hacían imperativo poner fin a la situación de tensión y falta de comunicación".
En ese sentido, Albares anunció que ambas partes ya trabajan en "el restablecimiento, de forma controlada, de la circulación de personas y bienes", así como en el fortalecimiento de la cooperación en materia migratoria, que nunca llegó a verse del todo interrumpida.
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