A sus 84 años, su mayor interés ya no es la política. Lo que quiere el ingeniero Javier Jiménez Espriú, dice, es dar testimonio. Su cargo en el gabinete obradorista fue uno de los más importantes: encabezar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la dependencia encargada de los ambiciosos proyectos de infraestructura del presidente.
Pertenecer al proyecto de nación de la Cuarta Transformación no fue un paseo dominical. Sendas críticas llovieron sobre este exsecretario de Estado, a quien la oposición señaló de blandengue por haber accedido, dijeron, a los caprichos de López Obrador, quien nunca estuvo de acuerdo con la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), un proyecto al que el mandatario siempre matizó con los colores más grises de la corrupción y el neoliberalismo.
El 3 de enero de 2019, el Gobierno de México dio el tiro de gracia: la megaobra insigne del expresidente Enrique Peña Nieto fue cancelada, sin importar que eso costaría al erario 331.996 millones de pesos (más 16.000 millones de dólares), de acuerdo con datos de la Auditoria Superior de la Federación (ASF).
Lo que más irritó a la oposición y a amplios sectores de la sociedad mexicana es que, parte de esa decisión, se debió a una consulta ciudadana que organizó López Obrador cuando apenas era presidente electo. La pregunta era sencilla: "¿Quieres que siga o que no siga la construcción del NAICM?". El "no" fue contundente.
Sin embargo, el NAICM se canceló no sólo por ese ejercicio democrático, sino porque la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ya tenía detrás un análisis técnico y financiero sobre el proyecto, asegura Jiménez Espriú, quien no escatima al afirmar que, cuando llegó a la Administración pública en 2018, se encontró con un mar de corrupción.
"La cancelación del aeropuerto de Texcoco es el pecado original del Gobierno de López Obrador, porque cuando nacemos como Gobierno, ya traemos ese estigma [del populismo]. Se hizo la consulta, se decidió lo que ya sabemos, pero después se criticó que había sido una consulta populista, insuficiente, en la que se había tomado en cuenta a gente que no tenía ni la menor idea sobre el tema", asegura el exfuncionario federal en esta charla a propósito de la publicación de su libro La cancelación. El pecado original de AMLO (Grijalbo, 2022).
Para Jiménez Espriú, en la historia de México nunca se ha discutido públicamente un tema durante tanto tiempo como la cancelación del NAIM, cuyo presupuesto original consideraba una inversión de 169.000 millones de pesos, aunque al final esa cifra se elevó hasta los 300.000 millones de pesos debido a la mala planeación financiera de las autoridades, según el Gobierno actual.
"Entonces, cuando se cancela el aeropuerto, dicen que todos los pecados del Gobierno federal, todas las fallas que le atribuyen, surgen de la primera falla, del que yo llamo, entre comillas, el pecado original de López Obrador", afirma Jiménez Espriú.
Para él, la cancelación del NAICM marca un punto de partida ético para el Gobierno obradorista, una especie de nuevo paradigma en el que se declaran los principios de honestidad y austeridad de la llamada Cuarta Transformación.
"En el caso del aeropuerto de la Ciudad de México que cancelamos, el 76% de los 692 contratos se habían dado por asignación directa. Terrible", afirma el exsecretario de Estado.
11 razones de peso para cancelar el aeropuerto de Peña Nieto
1. "Era un aeropuerto planteado en el peor sitio posible, en un terreno cuyo suelo y subsuelo son complicados. Era una obra magna, gigantesca, verdaderamente de lujo, en un terreno donde para construirla costaba muchísimo dinero, porque se requería de una infraestructura lujosa y grande. No había dinero suficiente para su edificación y mantenimiento".
2. "El problema ecológico que producía. En ese sitio [de Texcoco] hay un lago regulador de temperatura y de inundaciones. íbamos golpear duramente a la zona y a la misma Ciudad de México".
3. "Se hubieran producido problemas de carácter hídrico. No tenemos agua suficiente. Estamos en una crisis de agua en la Ciudad de México y se iba a acrecentar con un aeropuerto que iba a traer otro conglomerado gigantesco que requería agua".
4. "Para hacer la cimentación de aquel conjunto, se devastaron las zonas de cerros de tezontle, causando un problema ecológico severo, no sólo en el paisaje, sino en la naturaleza misma de la tierra. Y eso que apenas se habían cimentado dos pistas, cuando al final estaban contempladas seis. Aquello iba a ser un desastre".
5. "Problemas sociales serios. Atenco fue un caso muy claro de gente que se oponía al NAICM. El sitio que rodeaba al aeropuerto es muy pobre. Eso iba a provocar una gran gentrificación: los pobres iban a tener que salir de ahí".
6. "El retraso de las obras. Se dijo que sería un gran aeropuerto a nivel mundial, se vendió muy bien. El proyecto era muy bonito, espectacular, pero no se tomaron en cuenta todas esas condiciones".
7. "Se consideraba financiar 42% con recursos fiscales y 58% con deuda".
8. "Se estimaba una inversión adicional de 9.400 millones de dólares para la segunda etapa. En el momento de la decisión de cancelar, el presupuesto final era una incógnita".
9. "El NAICM se inició en 2014 sin tener diseños detallados ni proyectos ejecutivos; sin contar con estudios de ingeniería de detalle, de impacto urbano, ambiental y social; de vías de comunicación y movilidad, tanto para trabajadores como pasajeros. Esa situación continuaba en 2018".
10. "Los gobiernos estatales y municipales de la zona metropolitana del Valle de México no fueron consultados sobre la construcción del NAICM".
11. "El NAICM era un proyecto faraónico, ostentoso, mientras las comunidades vecinas de 1 millón de habitantes, y las adyacentes con 4 millones de habitantes no tienen lo mínimo necesario y se encuentran por debajo de la línea de pobreza".