Así lo aseguró a la Agencia Sputnik el escritor y periodista Walter Raudales, líder del MIS, un intelectual que durante años fue muy cercano al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), la guerrilla que devino partido y gobernó El Salvador de 2009 a 2019.
Esos años quedaron atrás, así como la mística del FMLN, formación que batalla por mantener su relevancia en medio de una de las peores crisis de su historia. De hecho, el surgimiento de una nueva voz para la izquierda salvadoreña habla por las claras…
"El Frente está en una tremenda metamorfosis, casi en una implosión, en una división profunda y así no puede salir a competir electoralmente. La marca está completamente afectada, ya no arrastra, no motiva", comentó Raudales.
El también novelista y representante de la editorial Ocean Sur en El Salvador recalcó que el pensamiento de izquierda no es propiedad de un partido político, si no una opción de vida cimentada en principios de justicia social, la revolución y las transformaciones.
Fruto del desencanto
El MIS comenzó a sonar principalmente tras la aprobación de la ley que avaló la circulación del bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador, detonante de una serie de manifestaciones ciudadanas contra la gestión del presidente Nayib Bukele.
Ya para entonces crecía el desencanto entre numerosos sectores populares que venían del FMLN, pero que votaron en 2019 por Bukele y el proyecto de país que proponía con Nuevas Ideas, el partido que en 2021 arrasó en las elecciones legislativas y municipales.
Ante este escenario, la izquierda salvadoreña quedó, de repente, huérfana de un instrumento político para hacerse oír y para debatir. Raudales comenzó a plantear desde su programa Independiente Radio la necesidad de que la ciudadanía se organizara y se movilizara.
De pronto, de casi todo el país comenzaron a llegarle mensajes y llamadas de apoyo a su propuesta de crear un genuino movimiento de izquierda, integrado por personas deseosas de defender una institucionalidad que sienten amenazada por Bukele.
Replantearse la izquierda
"Nos une el deseo de un país mejor, de una sociedad más justa y la lucha por un El Salvador sin dictadura. Pero inicialmente es hacer el bien, nos une hacer el bien", resumió Raudales, quien también dirige el periódico El Independiente.
Más que convertirse en un partido político a la usanza tradicional, el MIS reivindica el poder ciudadano para construir algo que trascienda lo electoral y sea emancipador, liberador y que permita librar en las calles y espacios públicos una batalla de ideas.
Así, por ejemplo, sus miembros podrían desmontar el mito —amplificado por muchos— de que Nuevas Ideas es una fuerza de izquierda, solo por oponerse a la ultraderecha encarnada por la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y fustigar a la oligarquía criolla.
"A mí me ofende escuchar que Nuevas Ideas es de izquierda: eso no tiene ideológicamente ningún asidero que lo respalde. La izquierda es otra cosa, es una irrupción de la ética en la política, que no cuaja con la forma de gobernar de Nuevas Ideas", señaló Raudales.
En su opinión, el oficialismo responde a un pensamiento de derecha que representa a un grupo económico, muy ligado a la familia de Bukele.
Propósitos
Fiel a su concepto de izquierda, el Movimiento busca reformas estructurales que permita reducir la pobreza y tener una vida más equitativa, y sabe que, para lograrlo, eventualmente tendrá que dar salto al ruedo electoral.
Para ello, Raudales no descarta la posibilidad de establecer alianzas, aunque de momento, no ve al FMLN como un acompañante viable para unos comicios, pues sus índices de apoyo son ínfimos, y el descrédito que arrastra será difícil de revertir.
"El ejercicio del poder te causa un desgaste, y el Frente cometió demasiados errores que no corrigieron. Si lo vemos como un vehículo, el FMLN tiene demasiadas averías, ni siquiera arranca ni nos llevará como izquierda a ningún lado", reflexionó.
De momento, el MIS pretende salir a debatir, apelando a la solidaridad, a la honestidad y a la coherencia de pensamiento y acción, y sin darle cabida en sus filas a corruptos, mentirosos y oportunistas. Vengan de donde vengan…