A través de sus redes sociales, Andrea Zorrilla dio a conocer una misiva que le escribió a su primer novio, "después de negarlo por tanto tiempo por la vergüenza y el miedo" y para motivar a otras mujeres que no han alzado la voz por miedo a ser juzgadas o ignoradas.
"Recuerdo el momento en el que pase de ser tu novia a ser tu juguete sexual. Recuerdo tus palabras: 'Quiero probar tu umbral del dolor' y la repito una y otra vez en mi casa. Recuerdo haberte dicho que no y haber sido ignorada una y otra vez", inicia la joven.
La primera agresión ocurrió el 1 de abril de 2018, pero continuaron durante muchos años, ya que Andrea regresaba con su agresor por miedo y porque, dijo, aprendió a hacerse "chiquita" y "a no volver a usar la palabra "NO" por miedo a que la agredieran.
"Nunca vas a entender lo que es levantarse y tener que tapar tus moretones con maquillaje, lo que es decir la palabra 'No' y que sea voluntariamente ignorada, lo que es querer gritar pero que tu cuerpo paralizado no te deja ni moverte. Lo que es ir al baño y notar sangre en todas partes, que duela limpiarte, que duela vestirte, que duela caminar", afirmó.
La joven relató que el trauma que le provocó la agresión la llevó a internarse en un hospital psiquiátrico tras beber un cocktail de alcohol, benzodiacepina y antipsicóticos, que la llevaron a cortarse con un bisturí.
A pesar de las agresiones, la joven no pude reconocer la agresión de la que fue víctima hasta que su cuerpo "se hartó de pretender" y tuvo que reconocer la agresión de su expareja.
La imagen que tenemos y que nos enseñan de alguien que hace cosas así nunca es la imagen de tu pareja, de tu amigo, de tu compañero, amigo o familiar, entonces si fuiste mi novio, ¿cómo es que le podía llamar violación? Y durante casi dos años, no pude hacerlo. Hasta que tuve que hacerlo, tuve que nombrarlo y tuve que sentirlo todo", declaró.
Andrea cuestionó a su agresor y le preguntó cuál sería su reacción si se enterara que lo que ella vivió lo vivió alguna de sus familiares.
"¿Cuál es la diferencia entre las mujeres de tu familia y las demás personas? La respuesta correcta es que no hay ninguna. No sé lo que te hace pensar que está bien tener tanto control sobre el cuerpo de alguien más", preguntó Zorrilla.
La joven se sinceró y criticó que la "sociedad sea tan machista" y "no se hablen de las cosas incómodas, que se esconda todo".
"Me enoja que muchos hombres piensan que tienen el derecho de sentirse superiores, controladores, que piensan que siendo mujer le perteneces a un hombre que piensa que puede hacer de ti lo que él quiera, porque así le han enseñado toda la vida", aseveró.
La joven reconoció que vivió "la triste justicia" de México, "llena de corrupción", ya que, después de un proceso de dos años tratando de denunciar, un magistrado decidió dejar en libertad a su agresor "por el hecho de que no denuncié en las primeras 48 horas", porque ella fue al lugar donde fue violada y mantenía una relación con su agresor.
"Porque a sus ojos tengo un problema de adicción por el hecho de internarme en una clínica y porque tal vez mi estrés postraumático diagnosticado por más de 10 personas no fue causado porque tú me violaste, sino porque tal vez otra persona me violó", contó Andrea.
Pese a ello, la joven no desea el mal a su agresor, pero sí que la carta nunca se le olvide y que siempre lleve presente "el daño y el dolor que le puedes causar a alguien".
"De algo tan jodido tristemente puedo ayudar a muchas personas que lamentablemente han vivido el mismo dolor que yo, que vivimos en un lugar de mierda y que es momento de poner un alto", reflexionó.