Los refugiados, entre los que hay unos 200 menores, llegaron al destino en un tren procedente de la provincia de Rostov del Don, limítrofe con Donbás.
"En la región [de Kursk] se han habilitado 20 centros de alojamiento temporal en sanatorios, hoteles, campamentos infantiles y otras instalaciones sociales", indicó el interlocutor de la agencia.
Los refugiados fueron recibidos en la estación de tren por el gobernador de Kursk, Román Starovóit.
El Ministerio de Emergencias que se encarga de atender a los evacuados desde el este de Ucrania, adelantó previamente que este 21 de febrero un total de 15 trenes trasladarán a los refugiados de Rostov del Don a otras regiones rusas.
Según estimaciones del ente, hasta la mañana del 20 de febrero más de 40.000 personas cruzaron de las repúblicas rebeldes de Donetsk y Lugansk a Rusia huyendo de la escalada del conflicto armado.
El conflicto en el este de Ucrania entró en una fase de escalada en la segunda quincena de febrero.
Los militares ucranianos denunciaron un drástico aumento de las infracciones del armisticio por parte de las milicias prorrusas de Donbás.
A su vez, las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) acusaron a Kiev de bombardear su territorio con armas pesadas, en flagrante violación de los acuerdos de Minsk y las medidas adicionales pactadas para reforzar el alto el fuego.
El uso de la artillería pesada por parte de Kiev, según las repúblicas rebeldes, apunta a los preparativos para una solución militar del conflicto.
En este contexto, los líderes de Donetsk y de Lugansk anunciaron la evacuación de niños, mujeres y ancianos ante una posible ofensiva del Ejército ucraniano y decretaron la movilización general.
El ministro de Defensa de Ucrania, Alexéi Réznikov, negó los planes de una ofensiva en Donbás y aseguró que Kiev aboga por una solución política del conflicto.
Desde abril de 2014 Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en Donbás, donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.
Las hostilidades han dejado hasta la fecha más de 14.000 muertos, según estimaciones de la ONU.