"Una renuncia confirmada de Ucrania a la idea de entrar en la OTAN es un paso que contribuiría notablemente a formular una respuesta más significativa a las preocupaciones de Rusia", dijo.
A la vez el portavoz del Kremlin se mostró escéptico ante las declaraciones del embajador ucraniano en el Reino Unido, Vadim Pristaiko, de que Kiev podría abandonar sus aspiraciones a la OTAN para "evitar la guerra", teniendo en cuenta que más tarde la Cancillería de Ucrania aseguró que las palabras del diplomático fueron "sacadas del contexto".
"Nos fijamos que desde Kiev le pidieron al embajador que aclarara su opinión. Apenas esto puede percibirse como (...) un cambio en la perspectiva conceptual de la política exterior de Kiev. Sabemos que la Constitución del país traza objetivos muy diferentes", señaló.
Movimiento de tropas en Ucrania
El movimiento de tropas que se observa en Ucrania no es menos voluminoso del que se realiza en Rusia, afirmó Peskov.
"Vuelvo a decir que el movimiento de las tropas rusas se realiza dentro de la frontera estatal. En cambio, la envergadura del movimiento de las tropas ucranianas se realiza en la zona fronteriza con las repúblicas populares en Donbás y puede compararse con la envergadura del movimiento de las tropas en Rusia", dijo el portavoz.
Peskov comentó así las declaraciones de Kiev, que pidió reunirse con los Estados miembros del Documento de Viena sobre el fomento de la confianza y la seguridad (2011), incluida Rusia. El 13 de febrero el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, afirmó que Moscú debe explicar su actividad militar cerca de la frontera ucraniana.
Adoptado en 1990 y sometido a varias actualizaciones en los años posteriores, el Documento de Viena sobre Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad en Europa obliga a los Estados participantes de la OSCE a intercambiar información sobre fuerzas militares, planes de despliegue y presupuestos, notificar con debida antelación las maniobras, aceptar inspecciones anuales de sus bases militares, invitar a representantes de otros Estados para que observen determinadas actividades, efectuar consultas y colaborar en el caso de una actividad militar insólita o de un aumento de tensiones.
Las tensiones en torno a Ucrania se fueron agravando en los últimos meses por una supuesta acumulación de tropas rusas cerca de la frontera que Occidente interpreta como preparativos para una posible invasión.
Rusia rechaza esas sospechas y acusa a la OTAN de incrementar la actividad militar cerca de sus fronteras, viendo en ella una amenaza para su seguridad nacional. También defiende el derecho a mover fuerzas dentro de su propio territorio según lo estime conveniente.
En febrero de 2019 el Parlamento ucraniano votó por modificar la Constitución y consolidar el curso del país hacia el ingreso en la UE y la OTAN. Más tarde, Ucrania se convirtió en el sexto Estado en recibir el estatus de socio de la Alianza Atlántica con capacidades ampliadas. Sin embargo, la OTAN indicó que Kiev necesitaría cumplir con una serie de criterios de larga duración para incorporarse.
A finales de 2021, el Ministerio de Exteriores de Rusia publicó sus propuestas para EEUU y la OTAN sobre las garantías de seguridad en Europa en las que, en particular, insta a Washington a renunciar recíprocamente al despliegue de armas nucleares fuera del territorio nacional y repatriar las ya emplazadas.
Además, plantea a la Alianza Atlántica que vuelva a las posiciones de 1997, se comprometa a parar la expansión del bloque hacia el este y excluya el ingreso de las naciones de la antigua Unión Soviética, ante todo Ucrania.
El 26 de enero, EEUU y la OTAN presentaron sus respuestas por escrito a la iniciativa de Rusia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, señaló el 1 de febrero que la otra parte había ignorado las preocupaciones fundamentales de Moscú. La OTAN, según él, engañó a Rusia diciendo que no se expandiría hacia el este y sus documentos no dicen nada de la política de puertas abiertas, por lo que podría negarse a admitir a Ucrania.